Recuerdo
como me impresionó, aún siendo un niño, la irrupción de los partidos políticos
en el escenario nacional dominicano, tras el ajusticiamiento del tirano Rafael
Leonidas Trujillo Molina y la expulsión del país de los más funestos personeros
de su régimen, casi al final del año 1961.
La
incursión de los paleros en las residencias de los militantes antitrujillistas;
las pedreas a los establecimientos comerciales y las intimidaciones a los
jóvenes del Movimiento Revolucionario 14 de Junio (1J4).
La
puerta principal de la residencia de mi familia fue atacada a pedrada y a palo,
no porque papá fuera detectado como antitrujillista, que lo era, sino porque
Juan Namnún se había "quemado" como “cívico” y compartía junto a su
esposa e hijos la mitad de la vivienda con nosotros.
¡Navidad
sin Balaguer! Era una consigna que llenaba los espacios públicos y demandaba
que uno de los más connotados colaboradores de la tiranía trujillista, el
doctor Joaquín Balaguer, saliera del país.
Habían
construido una plantilla de cartón y rellenaban las letras con spray verde, lo
que podía interpretarse que eran difundidos por los socialcristianos
“insurgentes”.
¡Vergüenza
contra dinero! Otra consigna en boga, pero esta vez, la responsabilidad
política era del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), liderado por el
profesor Juan Bosch, quien se disputaba el poder de la nación con la Unión Cívica Nacional
(UCN), representante del antitrujillismo oligárquico, a quien se le atribuía el
uso de dinero para comprar conciencia.
Se
vivía aún la época romántica de la política dominicana. Apenas unos meses antes
habían regresado al país desde La
Habana, Cuba, los más destacados dirigentes del exilio
antitrujillista. Otros lo habían hecho desde Costa Rica y Venezuela.
Por
el acoso de la dictadura y el aislamiento en que mantenía al pueblo dominicano,
muchos creyeron que ¡Vergüenza contra dinero! era una consigna inventada por el
PRD. Y esa creencia mucha gente aún la mantiene.
En
realidad, la consigna había sido levantada por Eduardo R. Chibás Rivas, quien
había fundado en 1947 el Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo).
Eduardo
Chibás, líder ortodoxo cubano, levantaba ¡Vergüenza contra dinero! como
consigna política y su estandarte una escoba, con la cual barrería la
corrupción que había minado cada poro de la pseudorepública.
Enfrentaba
Chibás a los “Auténticos”. Primero, Grau San Martín y luego a Carlos Prío
Socarrás. Los acusaba de corruptos y fue emplazado por el régimen a probar su
acusación.
Abatido
por la descomposición moral de los gobernantes y personeros y la impunidad de
sus tropelías, se suicidó de un balazo en el abdomen en la cabina de la emisora
desde donde se dirigía al pueblo de Cuba.
El
16 de agosto de 1951, es una fecha recordada siempre en ese país por la pérdida
de uno de los hombres más valerosos y honestos de la época. El infausto
acontecimiento impactó tanto, que su ejemplo encendió la chispa de la
radicalización de la lucha política y el posterior surgimiento de la dictadura
del sargento Fulgencio Batista, alentado por las fuerzas más reaccionarias de
Cuba y el auspicio, como siempre, de los Estados Unidos.
Guardando
la distancia histórica y el escenario político, la República Dominicana
viene transitando un camino parecido, plagado de corrupción de todos los colores,
abusos contra el pueblo, entrega de la soberanía nacional, saqueo de nuestro
patrimonio...
Tras
largas décadas, la excepción fueron los siete meses durante los cuales trató de
gobernar el profesor Juan Bosch, luego de su triunfo electoral en 1962 e
interrumpido el 25 de septiembre de 1963 por un golpe militar organizado por la
oligarquía “cívica”, y auspiciado, como siempre, por los Estados Unidos. Y el
breve mandato de Francisco Alberto Caamaño Deñó, durante la Revolución
Constitucionalista de Abril de 1965.
El
Presidente Constitucional, profesor Juan Bosch, frente al golpe
"cívico-militar", se dirigía al pueblo mediante carta pública, en
cuyos primeros párrafos decía:
"Ni
vivos ni muertos, ni en el poder ni en la calle se logrará de nosotros que
cambiemos nuestra conducta. Nos hemos opuesto y nos opondremos siempre a los
privilegios, al robo, a la persecución, a la tortura.
"Creemos
en la libertad, en la dignidad y en el derecho del pueblo dominicano a vivir y
a desarrollar su democracia con libertades humanas pero también con justicia
social.
"En
siete meses de gobierno no hemos derramado una gota de sangre ni hemos ordenado
una tortura ni hemos aceptado que un centavo del pueblo fuera a parar a manos
de ladrones".
Hoy
los papeles se han invertido, y los más connotados líderes
"democráticos", que accionan desde las madrigueras de los partidos
tradicionales y que una vez enarbolaron la lucha contra la corrupción y la
opresión contra el pueblo, aunque traten de disimularlo, me parece escuchar el
susurro de sus labios: “¡Dinero contra vergüenza!”.
30/Octubre/2006.
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