Raíces Radio

domingo, 6 de marzo de 2016

Intolerancia política gubernamental

Por ANULFO MATEO PÉREZ

Cuando la tiranía trujillista fue decapitada el 30 de mayo de 1961, muchos pensamos que entrábamos a un nuevo estadio, donde la libertad y la democracia serían las bases para dirigir el país por un nuevo camino hacia el bienestar del pueblo dominicano, que sufrió 31 años de la más tenebrosa oscuridad.

No olvido cuando papá me llevó a un acto político donde entre otras cosas se quemaba el carnet del Partido Dominicano (La Palmita), que se portaba de forma obligatoria para el ciudadano y que de no hacerlo era apresado.

Junto a La Palmita, había que hacerse acompañar de la cédula -sellada con el pago del impuesto anual- y el carnet del Servicio Militar Obligatorio, documentos que las autoridades llamaban “Los tres golpes”.

Es increíble que más de medio siglo después, el trujillismo sea la “madre nutricia” del pensamiento de los que han dirigido y dirigen el país, con el apoyo de los poderes fácticos y sus apologistas asalariados.

Ese proceder abusivo, antidemocrático y perverso niega el derecho a la libre expresión de las ideas y a las protestas pacíficas; reprimiéndolas y criminalizándolas como en los 22 años de régimen balaguerista.

Vivimos la dictadura en carne propia, cuando aún siendo niño los paleros apedrearon nuestra residencia, lo que motivo que papá nos extrañara a todos del hogar, para evitar los riesgos de alguna agresión.

O como ocurrió en 1968 cuando fui apresado por el G-2 del Ejército Nacional, encerrado en cárcel solitaria, torturado con simulacro de ejecución con arma corta e imputado de conspiración contra el Estado.

Esas vivencias me fortalecen el espíritu para condenar con energía la represión oficial contra los profesores de la UASD, las marchas de los médicos y ciudadanos que luchan contra la corrupción de Estado.

El cazador cazado

Por ANULFO MATEO PÉREZ

El marketing político se apoya en varias disciplinas, que utilizadas con rigor científico puede facilitar una exitosa campaña electoral a favor de un determinado candidato. Es lo que formalmente se exhibe, lo aparente, ocultando muchas veces el uso de medios que riñen con la ética, la Constitución y las leyes.

Las ciencias políticas, la sociología electoral y la comunicación son usadas por lo general para interpretar la realidad, elaborar las estrategias a seguir frente a los desafíos, e instrumentar una buena campaña.

Sin embargo, en el caso del presidente-candidato Danilo Medina, y en muchos otros de su entorno, se dispone de esos instrumentos, pero su soporte, el andamiaje principal, son los recursos públicos.

En especial, el uso de los servicios de inteligencia del Estado para hurgar con toda impunidad en “la vida de los otros”, considerados sus más peligrosos adversarios en el camino de la reelección presidencial.

Y esos medios fraudulentos para imponerse, han sido solicitados por cierto experto en marketing, que no tiene el menor respeto por la ética ni la moral política, mucho menos por las leyes de nuestro país.

Su “prestigio” y continuos éxitos, como asesor de candidatos presidenciales reeleccionistas o de partidos que se proponen eternizarse en el poder, ocultan toda suerte de artimañas antidemocráticas.

Entonces, no es de extrañar que el brasileño Joao Santana, asesor “renunciante” de la campaña de Danilo Medina, esté tras las rejas en su país por la alegada implicación en la macro-operación Lava Jato.


El profesional del marketing había “disparado” con precisión a más de uno de los oponentes de sus asesorados candidatos, para pasar a interpretar ahora el papel protagónico de la obra “El cazador cazado”.