Raíces Radio

sábado, 25 de mayo de 2013

Chamanismo político

Por ANULFO MATEO PEREZ

La trepanación de cráneo se practica desde el período neolítico, hace unos 4 mil o 5 mil años, de gran interés para los franceses desde hace un siglo cuando dieron la clarinada de su importancia antropológica.

El procedimiento consistía en realizar un agujero de dos centímetros en esa área de la anatomía humana para liberarla de “espíritus malignos”.

Durante la Edad de Piedra, 1000 ó 2000 años atrás, la trepanación alcanzó su máximo  desarrollo en Perú, por lo general como solución quirúrgica a los traumas de guerra.

Por lo visto, el encéfalo ha sido siempre objeto de mucho interés; entonces, no debe extrañar que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, haya presentado un ambicioso plan para “dibujar” el mapa del cerebro humano.

Con una inversión inicial de casi US$110 millones, se daría inicio a la investigación para desentrañar los misterios del cerebro, mediante neurotecnologías innovadoras de vanguardia.

Mientras eso sucede, en nuestro país los gobernantes insisten en cruentas trepanaciones de cráneo para atiborrarnos el cerebro con propaganda política que distorsiona la realidad dominicana.

Y esa práctica se repite en cada místico funcionario público, como acaba de ocurrir con la fiscal del Distrito Nacional que decidió archivar el expediente contra Leonel Fernández, en un acto de “trance” chamanístico.

Con esa decisión se pretende, en una interacción triádica entre el acusado, la autoridad judicial y la sociedad, dar el último martillazo para entronizar por “saecula saeculorum” la impunidad para delitos de Estado.

Hay que detener, sin más dilación, la corrupción y la impunidad; impedir la práctica de que se pueda disponer de los recursos públicos como si fueran propios y luego continuar como “santo que pasó su día”.

domingo, 19 de mayo de 2013

Parches del sistema

Por ANULFO MATEO PÉREZ

"Con su fiel compañero indio Toro, el audaz e ingenioso jinete enmascarado de la llanura inició su lucha por la ley y el orden en el temprano oeste de los Estados Unidos. En ninguna de las páginas de la Historia se puede encontrar a un mayor campeón de la justicia. Vuelven a nosotros ahora esos emocionantes días de ayer. ¡Desde el pasado viene como un trueno el galope del gran caballo Silver! ¡El Llanero Solitario cabalga de nuevo!”, presentación de los episodios del personaje.

El Defensor del Pueblo sería una de las figuras más graciosas y pintorescas, si no fuera porque es una pésima imitación de los personajes de ficción, difundidos por la televisión y las tiras cómicas.

El “héroe” o “heroína” de carne y hueso ha proliferado en Europa. En Suecia y otros países se conoce como Ombudsman; en los francófonos Médiateur de la République y en las regiones catalanófonas Síndic de Greuges.

La creación de ese “espadachín manco” no es más que el reflejo de la crisis sufrida por las instituciones que sostienen la pseudo democracia capitalista, urgidas de esos parches de pacotilla.

Se argumenta que en algunas realidades han hecho un papel relevante, pero no dejan de ser parches fabricados en las entrañas del poder, y es sabido que “auyama no pare calabaza”.

La elección de la “defensora del pueblo”, en la versión criolla, viene a ser más o menos el símil de El Chapulín Colorado, no por la gracia del personaje mejicano, sino por su color político aliado al oficialismo. ¡No contaban con su astucia!

¿Por qué en el caso dominicano no se hizo un plebiscito nacional para escoger al Médiateur de la République? Ah, porque podría ocurrir lo del genio cuando sale de la botella, que luego sería difícil retornarlo al envase.