Raíces Radio

domingo, 6 de diciembre de 2015

Proceso electoral y manipulación

Por ANULFO MATEO PÉREZ

I

En un país como el nuestro, con alta tasa de analfabetismo, desempleo y pobreza material es lógico que prospere con facilidad la manipulación política, el clientelismo y la elección de gobiernos ilegítimos, que resultan de las urnas sin respaldo de la mayoría absoluta del universo con derecho al voto.

No es de extrañar que las provincias a donde existen los mayores índices de analfabetismo, pobreza, hacinamiento y marginalidad, su electorado sea el de mayor nivel de manipulación, como ocurre en el Suroeste. 

Ejemplos palmarios de mayores tasas de analfabetismo son las provincias fronterizas de Pedernales, con 36.5%; Elías Piña con 32.7%, e Independencia con 24.4%, flagelados por la miseria y olvido oficial.

A estas les siguen Azua, Barahona y San Juan, cuyos índices de desarrollo humano han caído en las últimas décadas, con un sostenido descrecimiento demográfico provocado por el desempleo y la emigración. 

San Juan, la provincia con mayor territorio, para la década de 1950 era una de las más pujantes; sus habitantes representaban el 5% del total a nivel nacional, ahora ocupa un 2.82%, y podría agravarse.

Los indicadores en los renglones de salud y vivienda son también negativos para estas demarcaciones, sobre todo en Elías Piña, que en cuanto al desempleo ronda en un 15.28%, el más alto de todo el país.

Al realizar una proyección política de los datos, se explica el por qué con tanta facilitad se manipula allí al electorado y sus falsos representantes congresuales y municipales resultan ofensivamente ilegítimos.

Son las provincias fronterizas las más frágiles y vulnerables al clientelismo y a la demagogia; permeables al discurso mendaz, a las promesas banales… sometidas a las carencias más extremas de todas.   

II 

Aunque las provincias fronterizas se cuentan entre las más vapuleadas por los politiqueros, este sistema político pervertido permite la manipulación generalizada, contaminando la pureza del sufragio, impidiendo el voto democrático y la libertad del elector, lo que reduce el proceso a una gran farsa.

Prueba al canto de lo anterior, es lo afirmado por la presidenta del Senado de que la oposición no tiene dinero ni fórmulas para poder disminuir los niveles de aceptación del presidente Danilo Medina.

De manera, que conforme a lo expresado por la senadora Cristina Lizardo, lo que cuenta en lo  electoral no son las propuestas programáticas ni el perfil de las candidaturas, sino el dinero de que se disponga.

Los recursos usados en la actividad política, sobre todo el sector oficial, proviene del erario, lo que le permite avasallar a sus opositores; por eso se niega a la aprobación de la ley de partidos políticos.

La disponibilidad de recursos económicos ilimitados les permite a los que controlan el Estado el tráfico de influencia, soborno, chantaje y monopolio de los medios de comunicación para derrotar a sus adversarios.

Usan los cargos públicos para hacer proselitismo; ponen en marcha todas las maquinaciones del clientelismo, manipulando al elector, que a cambio del voto o su abstención recibe sus favores y prebendas.

La manipulación política, en un sistema electoral excluyente, la corrupción electoral es la constante, frustrando la voluntad mayoritaria de los sufragantes, lo que conduce a una crisis de legitimidad del sistema.

Por lo visto, grandes esfuerzos tendrá que hacer la oposición para vencer la reelección de Danilo Medina; uniendo sus fuerzas, educando, alertando y organizando al elector para reducir la manipulación oficial.