Raíces Radio

martes, 28 de abril de 2020

La frialdad del sociópata


Por ANULFO MATEO PEREZ

En la dinámica de la lucha de clases, el desarrollo de liderazgos y la concentración de poder político, vemos enseñorearse a personajes portadores de las distintas modalidades clínicas del trastorno de personalidad, entre ellos el sociopático, quienes han logrado puestos relevantes en la sociedad.

Para estos sujetos, la gratificación narcisista es la que guía su comportamiento; dos de sus armas son la simulación y la intimidación, mostrándose gélidamente indiferentes ante el sufrimiento de los demás.

Estos siniestros personajes logran el control de su entorno; llegan a la cima de las instituciones; violan normas de convivencia para ampliar su poder, y lastiman a los que no se someten a sus perversos deseos.  

Cuando el sociópata ingresa a la política y logra ascender, concentra todo el poder en sus manos, reducen a la sociedad a sus propósitos más perversos, cerrándole los más vitales espacios democráticos. 

En estas aciagas circunstancias de pandemia de Covid-19, los sociópatas se regodean desde el poder adquirido para saquear los recursos públicos, sin importarles las funestas consecuencias de su conducta.

Nada debe sorprendernos de estos sujetos desalmados, porque se caracterizan por la falta de empatía y de sentimientos de culpa, así como por el egocentrismo, impulsividad, tendencia a la mentira y al chantaje.

La indiferencia al sufrimiento de los demás le permite manipular y someter a otras personas sin remordimiento ni culpa, como ocurre sobre todo en la política; son hedonistas y temen al castigo.

Pero, además, disfrutan dañar a los débiles; son egocéntricos e impulsivos; es visible su pobreza emocional y su conducta delictiva; no aprenden de la experiencia y corona su conducta la promiscuidad sexual.