Raíces Radio

domingo, 16 de noviembre de 2014

Se avizora una crisis política


Por ANULFO MATEO PÉREZ
I

Se avizora una crisis política a mediano plazo si el país no cambia de rumbo, dado el franco deterioro del modelo en que se sustenta esta pseudo democracia, caracterizada por la corrupción y el manto de la impunidad, inequidad en todos los ámbitos, represión gubernamental y paraoficialista.      Se suman a esos factores, agudas contradicciones en la cúpula del poder político en su sórdida lucha por el control absoluto del Estado y la preservación de intereses grupales acumulados durante algo más de 14 años.

Esa lucha mal disimulada se irradia hacia sus seguidores, y por lo visto tendrán que caer algunos corruptos que se pasaron de la “raya de Pizarro” trazada por el Departamento de Estado de Gringolandia. 

Es inocultable la putrefacción de los devaluados poderes del Estado, legislativo, judicial y ejecutivo, que en firme alianza entre sí y junto al peledeismo gobernante empujan a la confrontación social y política.

Se agrega la indignación popular, que será cada vez mayor frente a tantas perversidades, corrupción y justicia prostituida, articulada con las “mafias políticas” que abusan del poder con absoluta impunidad.

Aunque una gran parte de la prensa corporativa acalla o minimiza lo que acontece en toda la geografía nacional, se advierten numerosas protestas por demandas insatisfechas y las erráticas políticas estatales.

Los dominicanos han llegado al hartazgo por los desafueros del gobierno de Danilo Medina, y de otros que le precedieron, realidad que se pretende ocultar con multimillonarias campañas mediáticas.

Guardando cierta distancia, lo que ocurre en nuestro país nos recuerda el robo, dispendio, desenfreno lascivo y juergas habituales de la decadente aristocracia europea del siglo XVIII y XIX, que es mucho decir.

II

Se avizora una crisis política al mediano plazo, si el PLD continúa aferrándose al poder sin el respaldo de las mayorías, violentando las bases conceptuales de la mentada y carcomida democracia representativa, apoyándose en el control absoluto del Estado, JCE, TSE, TC y en la fuerza que estos le otorgan.

El peledeismo gobierna sustrayendo los recursos públicos, aplicando el clientelismo, envileciendo a una parte de la población que despierta y ejerciendo un control social inspirado en el nacional socialismo alemán.

La corporación morada NO se guía por las ideas liberales de Juan Bosch; sus prácticas son neotrujillistas y neobalagueristas, que nos recuerdan también a la Alemania entre 1933 a 1945 y a Paul Joseph Goebbels.

Así como el PLD usa la política de la zanahoria, emplea el garrote contra opositores y periodistas “desafectos”, verbigracia la acción de los paleros de Leonel, olvidando que miedo y poder es una mezcla peligrosa.

Además de auspiciar la corrupción, aplican la represión más primitiva para conculcar derechos constitucionales e intimidar a los que NO asuman sus afanes continuistas o se atrevan a confrontarlos.

El PLD-gobierno encamina sus pasos hacia la consolidación del autoritarismo, represión y exclusión, como signos de su acelerada crisis ética, moral y política, así como de su progresiva decadencia.

El continuismo peledeista y la proclama de gobernar hasta después de 2044, como lo preconizara Leonel Fernández, es fruto del pánico de verse fuera del poder y tener que responder a la justicia.

El 2016 podría retrotraernos a la crisis de 1978, por el ascenso de la oposición y del movimiento popular; la lucha intestina en el PLD, su desgaste, previsible fracaso electoral y tozudez para aceptar su derrota.