Raíces Radio

viernes, 29 de marzo de 2013

Nuestro Boccaccio

Por ANULFO MATEO PÉREZ

A Giovanni Boccaccio, quien vivió de 1313 a 1375, se le considera el primer renacentista, al estimarse a Decamerón el triunfo de la literatura profana sobre el pesado yugo de la “opresión eclesiástica” de su época.

Decamerón significa 10 días, los cuales fueron usados para narrar 100 cuentos que contenían enredos, lujuria y malicia convertidos en crítica demoledora de la sociedad medieval.

En ese momento, el escritor y humanista italiano recrea en Decamerón la corrupción del clero y el cisma de occidente, coincidiendo con la peste que asoló a Europa, Asia y África y que en 1348 atacó a Florencia, lo que aprovecha para hacer que la población aterrada por la epidemia, ría a carcajadas al escuchar las narraciones de los curas corrompidos y los maridos cornudos. 

Asimismo, grandes secuelas dejaron la I y II guerras mundiales en Europa y América. El desgarrante dolor de europeos y americanos fue atenuado con la voz maravillosa de la legendaria cantante francesa Giovanna Gassion, mejor conocida como Edith Piaf, así como la voz de barítono y la sin igual trompeta del jazzista afro americano Louis Daniel Armstrong, Satchmo y Pops para sus amigos. 

Durante la post guerra se desarrolló el romance, como en otros momentos de la vida, siendo la década de 1950-60 la época de oro para la música, el teatro, el cine, la política, los deportes y otras manifestaciones humanas; mecanismos psicológicos intuitivos en tensión para subsanar el sufrimiento.

En 1949, la pasión y la firmeza de expedicionarios antitrujillistas llegaron por la bahía de Luperón, acuatizando en un hidroavión Catalina. Y en 1959 siguieron los expedicionarios de Constanza, Maimón y Estero Hondo. Unos 12 hombres componían el contingente de Luperón, entre ellos Horacio Julio Ornes y Tulio H. Arvelo. Otros, bajo el mando del general Juancito Rodríguez y el doctor  Eufemio Fernández, cubano, no lograron llegar. 

El mismo anhelo encarnó el grupo del general Miguel Ángel Ramírez Alcántara por la libertad del pueblo dominicano, destacándose en las epopeyas de 1948 y 1959, socialistas y comunistas. Pero la Era, también tuvo su Rafael Tavárez Labrador, nuestro Paco Escribano, bautizado como "El rey del disparate" y "El archipampano de la carcajada".

En este proceso de disolución de la sociedad y psicopatización colectiva, sumado el inicio de una crisis económica global, la gente ha ido perdiendo la fe en el porvenir, sumida en la desesperanza, inseguridad, desempleo, hambre, sobre todo por la corrupción, desvergüenza y privilegios de que disfrutan unos pocos, por obra y gracia de los recurrentes desgobiernos. 

Y para que sea peor, ni siquiera se recibe un pequeño soplo de aire suave, fresco y apacible ante tan insoportable sopor. En este estado de perpetua amargura, necesitamos a nuestro Boccaccio, que nos narre por lo menos cien cuentos profanos en diez días –ojalá que no sean 100 años–, para ver si el cuerpo aguanta.

2/Diciembre/2008.

jueves, 28 de marzo de 2013

El candor de la izquierda

Por ANULFO MATEO PÉREZ

La izquierda dominicana, dentro de sus postulados, al igual que en otras latitudes, siempre se ha propuesto la destrucción del “viejo orden capitalista” y sobre sus ruinas construir una nueva sociedad, caracterizada por la igualdad de la gente frente al Estado, el desarrollo económico-social para beneficio de las mayorías, democracia verdadera, independencia y soberanía.

Las organizaciones que se han construido alrededor de las ideas de izquierda, desde la fundación del Partido Democrático Revolucionario Dominicano (PDRD) en 1945, han sido conformadas en lo esencial por la pequeña burguesía.

Pero según parece, han heredado “genéticamente” lo que el revolucionario ruso Vladimir Ilich Ulianov le llamó la “Enfermedad infantil del izquierdismo…”, cuando describía las vacilaciones de la pequeña burguesía en sus ideas revolucionarias y su ambigüedad frente a cualquier desafío que entrañe riesgo de romper con ese “viejo orden burgués”.

Decía el fundador del estado soviético (cuya pequeña burguesía fue la responsable de su destrucción), que el “pequeño propietario, el pequeño patrón” (…) “que sufre bajo el capitalismo una presión continua y muy a menudo un empeoramiento increíblemente brusco y rápido de sus condiciones de existencia y la ruina, adquiere fácilmente una mentalidad ultrarrevolucionaria, pero que es incapaz  de manifestar la serenidad, espíritu de organización, disciplina y firmeza”.

El pequeñoburgués “enfurecido” por los horrores del capitalismo es un fenómeno social propio, como el anarquismo, de todos los países capitalistas.

La inconsistencia de estas veleidades  revolucionarias, su esterilidad, su facilidad de cambiar rápidamente en sumisión, en apatía, en imaginaciones fantásticas, hasta en un entusiasmo “furioso”, por tal o cual tendencia burguesa “de moda”, son universalmente conocidas.

Percibo que en estos momentos, en que se hacen aprestos de unidad de diversos grupos para la acción alternativa frente a los partidos electoralistas  tradicionales de la burguesía, se expresan algunas corrientes que se caracterizan  por ciertas “veleidades revolucionarias”, entusiasmo furioso, que en nada  garantiza la conformación coherente y fuerte de un movimiento que enfrente en cualquier terreno a quienes se han burlado y se burlan del pueblo dominicano cada vez que les toca pasar por el Poder.

Y el análisis de esta realidad no debe confundirse con el sectarismo, dogmatismo, radicalismo o cosas parecidas. La experiencia es la que enseña como cierta gente anda desde la izquierda hacia la derecha, y desde la derecha hacia la izquierda, constituyéndose en germen de la dispersión de más de un proyecto del movimiento revolucionario.

Mientras tanto, el capitalismo de pacotilla, la pseudo democracia y los partidos del sistema que padecemos continúan sin resolver los problemas de la inmensa mayoría de los dominicanos y, peor aún, los agravan constantemente.

Y desde ese litoral sólo se repite el ciclo de ascender al Poder, después de promesas demagógicas desde la “oposición”, para sumirse en la corrupción más degradante, conduciendo al país al caos y a la desolación.

Sin embargo, en mi humilde opinión, para cambiar todo esto se necesita algo más que “veleidades revolucionarias”.

12/Agosto/2007.

martes, 26 de marzo de 2013

Animal de rapiña

Por ANULFO MATEO PÉREZ 

Esta es la traducción al español de Predator, avión militar imperial no tripulado que surca nuestro cielo en franca violación a la soberanía nacional. 

El nombre con el que fue “bautizado”, se ajusta a la perfección en cuanto a las misiones de sus vuelos de inteligencia y ataques militares.

Los drones representan uno de cada tres aviones militares en Estados Unidos, sumando en su totalidad unos 7, 949, los cuales vuelan en zonas de conflictos.


La República Dominicana está calificada como “almacén del narcotráfico”, y ese es el más pueril pretexto para que el Predator nos vigile desde las alturas, vulnerando la seguridad nacional.


El gran precursor de estos ingeniosos aparatos es Israel, por la labor del ingeniero aeronáutico Alvin Ellis tras la guerra de Yom Kippur. Y en EEUU lo es el señor de la guerra, Robert Gates.


Ese tipo de avión hace de las suyas en Irak, Afganistán, Somalia y Pakistán, donde realiza incursiones para eliminar presuntos objetivos militares de interés para el imperio.


Antes, en 2006, un dron fue usado por Israel en la Franja de Gaza, durante la operación “Lluvia de verano”, ante la retención del soldado de ese país Gilad Shalit, matando a más de 450 civiles.


El Predator tiene ahora una base militar en nuestro territorio, el mismo que EEUU invadió militarmente dos veces en el siglo pasado.


Haití, Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua… pueden ser vigilados y atacados por el Predator y éste retornar a su madriguera en su “patio trasero”, República Dominicana.


Y para “legalizar” esa injerencia y humillación contra el país, el canciller Carlos Morales Troncoso firmó un “convenio de cooperación” en la sede de la Embajada de Gringolandia. Nefasta herencia deja el gobernador de colonias, don Leonel Fernández.


21/Julio/2012.

domingo, 24 de marzo de 2013

¿Callejón sin salida?


Por ANULFO MATEO PÉREZ

Después de tantos años en la actividad política, sospecho que el presidente Danilo Medina meditó su más reciente discurso antes de leerlo en la Asamblea Nacional. 

Es imaginable que lo escribió, corrigió y leyó de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba, sobre todo, lo relacionado con la empresa minera Barrick Gold.

 El mandatario se comprometió a renegociar el contrato con la minera canadiense, y, de esta no acceder en un “plazo prudente”, le advirtió que sometería al Congreso una ley para los ajustes fiscales que resarcirían las pérdidas que tendría el país.

 Pero resulta que el tiempo dado por Medina para que la Barrick acceda a las solicitudes del gobierno, nadie lo conoce. El presidente habló de un “plazo prudente” y esa expresión es muy subjetiva e imprecisa.

 La respuesta dada por la empresa minera ha sido a través de una presunta carta que desafía la autoridad del mandatario. Sin embargo, el Gobierno maneja el tema con un hermetismo asombroso e inaceptable.

 Ocultar lo que sucede, que en el Palacio Nacional lo traducen como “firmeza serena y conversación discreta”, está desesperando a la población y podría el presidente estar entrando en un “callejón sin salida”.

 A determinados mandatarios noveles, el pueblo les otorga algunos meses -desde que juran ante la Asamblea Nacional-, para que comiencen a concretizar sus promesas, pero no les firman un cheque en blanco.

 En este caso, la sociedad va más allá y demanda rescindir el contrato, y que Leonel Fernández responda por la entrega que hizo su gobierno de esos recursos no renovables y por los daños medioambientales.

 Solicitar “paciencia y confianza”, es mucho pedir. El pueblo está cansado de que los distintos gobiernos que hacen ostentación liberal, insistan en “amagar y no dar”.

24/marzo, 2013.