A Giovanni Boccaccio, quien vivió de 1313 a 1375, se le considera
el primer renacentista, al estimarse a Decamerón el triunfo de la literatura
profana sobre el pesado yugo de la “opresión eclesiástica” de su época.
Decamerón significa 10 días, los cuales fueron usados para narrar 100 cuentos que contenían enredos, lujuria y malicia convertidos en crítica demoledora de la sociedad medieval.
Decamerón significa 10 días, los cuales fueron usados para narrar 100 cuentos que contenían enredos, lujuria y malicia convertidos en crítica demoledora de la sociedad medieval.
En ese momento, el escritor y humanista italiano recrea en
Decamerón la corrupción del clero y el cisma de occidente, coincidiendo con la
peste que asoló a Europa, Asia y África y que en 1348 atacó a Florencia, lo que
aprovecha para hacer que la población aterrada por la epidemia, ría a
carcajadas al escuchar las narraciones de los curas corrompidos y los maridos
cornudos.
Asimismo, grandes secuelas dejaron la I y II guerras mundiales en
Europa y América. El desgarrante dolor de europeos y americanos fue atenuado
con la voz maravillosa de la legendaria cantante francesa Giovanna Gassion,
mejor conocida como Edith Piaf, así como la voz de barítono y la sin igual
trompeta del jazzista afro americano Louis Daniel Armstrong, Satchmo y Pops
para sus amigos.
Durante la post guerra se desarrolló el romance, como en
otros momentos de la vida, siendo la década de 1950-60 la época de oro para la
música, el teatro, el cine, la política, los deportes y otras manifestaciones
humanas; mecanismos psicológicos intuitivos en tensión para subsanar el
sufrimiento.
En 1949, la pasión y la firmeza de expedicionarios
antitrujillistas llegaron por la bahía de Luperón, acuatizando en un hidroavión
Catalina. Y en 1959 siguieron los expedicionarios de Constanza, Maimón y Estero
Hondo. Unos 12 hombres componían el contingente de Luperón, entre ellos Horacio
Julio Ornes y Tulio H. Arvelo. Otros, bajo el mando del general Juancito
Rodríguez y el doctor Eufemio Fernández,
cubano, no lograron llegar.
El mismo anhelo encarnó el grupo del general Miguel Ángel
Ramírez Alcántara por la libertad del pueblo dominicano, destacándose en las
epopeyas de 1948 y 1959, socialistas y comunistas. Pero la Era, también tuvo su Rafael
Tavárez Labrador, nuestro Paco Escribano, bautizado como "El rey del
disparate" y "El archipampano de la carcajada".
En este proceso de disolución de la sociedad y
psicopatización colectiva, sumado el inicio de una crisis económica global, la
gente ha ido perdiendo la fe en el porvenir, sumida en la desesperanza,
inseguridad, desempleo, hambre, sobre todo por la corrupción, desvergüenza y
privilegios de que disfrutan unos pocos, por obra y gracia de los recurrentes
desgobiernos.
Y para que sea peor, ni siquiera se recibe un pequeño soplo
de aire suave, fresco y apacible ante tan insoportable sopor. En este estado de
perpetua amargura, necesitamos a nuestro Boccaccio, que nos narre por lo menos
cien cuentos profanos en diez días –ojalá que no sean 100 años–, para ver si el
cuerpo aguanta.
2/Diciembre/2008.