Raíces Radio

sábado, 26 de septiembre de 2015

Un momento para dar en la diana


Por ANULFO MATEO PÉREZ

El momento demanda una profunda reflexión para interpretar lo que sucede en el seno de los distintos estamentos dominantes, en términos políticos y económico-sociales, así como en las organizaciones, estructuras de poder; examinar sus debilidades, fortalezas, contradicciones y disputas por la hegemonía.

Es pertinente hoy más que nunca poner atención a lo que advertía con toda claridad Carl Marx en cuanto a que no es lo mismo la fracción burguesa dedicada a los negocios financieros, que la burguesía industrial.

Abundaba el autor de El Capital, de igual forma, que ninguna de las dos fracciones antes citadas es idéntica a la burguesía terrateniente. Entre ellas, sin embargo, se tejen alianzas políticas de clases.

En esa dinámica burguesa, la fracción de mayor poder dirige y arrastra a las demás, de manera que la lucha de clases no es “plana y horizontal”, sino “fraccionada y transversal”, como decía el sabio alemán.

Nada ni nadie puede detener las contradicciones y confrontaciones, no sólo en el seno de la burguesía, sino entre la clase obrera (trabajadores) y esta, esté o no fraccionada la primera por intereses económicos.

Con toda razón Marx acotaba que “la historia de la sociedad no es más que la historia de la lucha de clases”, que no falta de ninguna manera en la República Dominicana, donde existe la dominación burguesa.

Dado que no estamos en una “situación revolucionaria”, las elecciones del próximo año deben ser aprovechadas para perforar las estructuras de dominación y romper la hegemonía del sector retardatario.

El papel de la izquierda, en alianza con un sector liberal de la burguesía, no es ayudar a legitimar la hegemonía de esta, ni el capitalismo, sino impulsar los cambios revolucionarios en el seno de la sociedad.

domingo, 20 de septiembre de 2015

¿Sobre un barril de pólvora?

Por ANULFO MATEO PÉREZ

Carestía de alimentos, medicamentos falsificados y caros, impunidad, privilegios, desempleo, inseguridad, inequidad, saqueo de los recursos del Estado, quiebra de los servicios públicos, autoritarismo… constituyen una mezcla inflamable y peligrosa como la compuesta por nitrato de potasio, azufre y carbón.

Los citados elementos constituyen la pólvora, contenida en un enorme barril llamado República Dominicana, y sobre el cual estamos todos inocentemente sentados, ricos y pobres, gobernantes y gobernados.

Pero además, la peligrosa carga que usamos como incómodo asiento, está dotada de una fina e inapagable “mecha rápida”, que le ayudaría a estallar si surge una “traviesa e inoportuna” chispita abrileña.


Las ollas de presión tienen una válvula de escape para evitar la explosión interior, por lo que a nadie se le ocurriría sellar la salida de los gases y el calor contenido en la misma sin arriesgarse al estallido.

Las elecciones del 15 de mayo de 2016 serán una válvula de escape para expresar democráticamente voluntades ante tantas tensiones y frustraciones; echárselas en un bolsillo sería jugar con pólvora.

La Junta Central Electoral (JCE), el Tribunal Superior Electoral (TSE), el Tribunal Constitucional (TC), no son organismo garantes de la institucionalidad ni de un proceso comicial transparente.

El Poder Ejecutivo, Congreso Nacional y Poder Judicial andan agarraditos de las manos entonando la ronda del “Matarile, rile, rile…”, y no es un secreto cuál es el “paje” que desean reelecto en la presidencia.

La rebelión es el último recurso de los pueblos, cuando las rutas institucionales y pacíficas para lograr los cambios, han sido clausurada por la violencia y negación de derechos de parte del Estado, “Matarile, rile, ron”.