Raíces Radio

sábado, 26 de marzo de 2016

¿Qué bolá, Obama?

Por ANULFO MATEO PÉREZ

El presidente Barack Obama sorprendió al mundo cuando rompiendo los atavismos de quienes le precedieron en la Casa Blanca, saludó desde su despacho a la patria de José Martí con un simbólico ¿Qué bolá, Cuba?, que en el lenguaje coloquial cubano significa ‘¿En qué andas, Cuba?’, ‘¿Qué vas a hacer, Cuba?’.   

La respuesta fue firme, expresada con claridad por su homólogo Raúl Castro: Luchar con denuedo contra el bloqueo que constriñe la economía; recuperar el territorio de Guantánamo ilegalmente ocupado; ampliar las relaciones con el mundo y superar las dificultades presentes y futuras.

¿Qué Bolá, Obama? Ya sabemos qué se propone el mandatario estadounidense cuando visita la Isla fidelista: Influir con un gran calado en el ánimo de los cubanos, ante todo sobre los jóvenes, ofertar el golpeo con guante de seda y el otro puño en reserva para golpear con guante de bronce, con la intención de hacer zozobrar la Revolución en marcha.

Procede así el presidente-visitante, por ser la punta de lanza del mayor poder planetario imperialista, cuya presencia en La Habana no dejó de ser un audaz y renovado esfuerzo para que su anfitrión regrese al capitalismo de pacotilla.

Se debe examinar la nueva y opaca actitud del imperio a la luz del fracaso del bloqueo económico, comercial, financiero y belicista contra un pueblo que ha resistido tal embestida por más de medio siglo.    

El cambio a una política “Light”, durante una administración demócrata con un mandatario negro, “inteligente, amistoso y simpático”, no ha variado un ápice el mezquino propósito de llevar más agua al molino de los halcones de Washington.

De manera que el restablecimiento de las relaciones EEUU-Cuba entraña un desafío histórico para los dirigentes de la Revolución, al tener que lidiar ahora en el ámbito nacional y en una nueva realidad política, con el más poderoso de sus adversarios.

No obstante, reconforta escuchar del presidente Raúl Castro, que aunque se logre la normalización de las relaciones plenas con Estados Unidos, Cuba defenderá y ampliará todas las conquistas alcanzadas, manteniendo en alto las metas socialistas, sin bajar jamás las banderas de la dignidad y principios revolucionarios.