Raíces Radio

sábado, 8 de marzo de 2014

Encendiendo la candelita sediciosa

Por ANULFO MATEO PÉREZ

La ultraderecha venezolana y sus amos en Washington continúan la escalada de violencia, pese a los obstáculos que tienen para desestabilizar al gobierno constitucional que encabeza Nicolás Maduro. La sedición es mantenida con arrogancia, provocando muertos, heridos y mucha incertidumbre. 

Las acciones conspirativas las aderezan con francotiradores, que cazan a miembros de la Guardia Nacional y a civiles chavistas que han intentado apagar incendios o quitar de las calles barreras de escombros. 

La provocación a los miembros de la seguridad pública es constante, llegando al límite del hostigamiento. Desean una represión violenta a gran escala, una masacre, para “victimizarse”.

¿Por qué esos grupos neofascistas, sin la fuerza suficiente para derrocar a Nicolás Maduro, insisten en la violencia desenfrenada? Juegan junto a sus jefes en Washington, a una ruptura del orden constitucional. 

El imperio trata de apropiarse de los hidrocarburos de Venezuela, y crear una reacción en cascada en Cuba, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Chile, Argentina, El Salvador… romper a Unasur, Alba, Mercosur y Celac.

Los halcones desean un segmento de la Fuerza Armada para el golpe de estado, como en Libia, Egipto y Ucrania o apoyarse en él para la intervención militar, Irak y Afganistán, alegando “razones humanitarias”. 

Al fallarle el Plan A, ahora se han decidido por el Plan B, es decir, la sedición constante para que los órganos armados del Estado venezolano salgan a las calles a reprimir a “sangre y fuego” a los violentos.

Pero el Plan B tampoco está dando resultados, porque el Gobierno está al tanto de los planes en su contra y tiene bajo control a los extremistas llamando a la paz, sin usar el poder letal de sus órganos armados.

Los restos del Che


Por ANULFO MATEO PÉREZ

Para atacar a Cuba y desdibujar la imagen de los dirigentes de la Revolución, un ex agente de la CIA (¿quién se jubila de ese oficio?), de origen cubano, acaba de expresar que los restos de Ernesto Guevara de la Serna (Che) aún se encuentran en Bolivia y que los honores militares rendidos en 1997 en Villa Clara, Cuba, corresponden a una persona desconocida.

Tuve el altísimo honor, junto a otros invitados extranjeros, de participar entonces en la inhumación de los restos del Che y sus compañeros de guerrilla en Bolivia, con la presencia de los más altos dirigentes de la Revolución Cubana.

Puedo testimoniar la solemnidad de la ceremonia, en un altiplano exquisitamente seleccionado, conjugándose así el mausoleo (donde reposan sus restos) con la naturaleza. La Figura de bronce del Che se empina y recobra vida entre palmas y la tupida vegetación del lugar.

Ese ¿ex agente? de la CIA, nombrado Gustavo Villoldo, asegura que tiene en su poder restos de cabellos del Che, los cuales presuntamente cortó antes de enterrar su cuerpo bajo una pista de aterrizaje en Bolivia en 1967 y que podría contrastar con las pruebas de ADN de los restos que reposan en Cuba.

Por lo visto, Gustavo Villoldo se mantiene en servicio activo en esa conocida agencia del imperio, con la diferencia de que ahora tiene unos 71 años de edad.

Este viejo espía ratificó su participación en el apresamiento del Che y posterior fusilamiento en la Higuera, Bolivia. Villoldo desinforma al afirmar que los restos del legendario guerrillero aún se encuentran en ese país sudamericano. La tribuna usada por este agente diversionista para expresar esta sarta de mentiras e intrigas es nada más y nada menos que The Miami Herald, una de las bocinas de la mafia cubana en Miami.

¿Por qué si los restos del Che fueron exhumados en Bolivia en 1995 y luego inhumados en Cuba en 1997, es ahora cuando la CIA inicia una campaña de este tipo? Porque hace falta en estos momentos, cuando se vislumbra el retorno de Fidel a sus funciones de jefe de Estado, reforzar la propaganda hostil contra los dirigentes de la Revolución.

Hacer creer que estos son capaces de montar una farsa irrespetando al Che, al pueblo de Cuba, a todos los que allí nos congregamos y al resto del mundo.

Este es un nuevo invento de la CIA en su vano empeño por desprestigiar a Cuba, debilitar la solidaridad que siempre ha recibido, poner en duda la seriedad, autenticidad y el honor de sus más connotados dirigentes. No debemos olvidar cómo el pasado año la revista Forbes difundió la mentira de que Fidel era uno de los hombres más ricos del mundo.

Alejandro Inchaurregui, uno de los antropólogos forenses que descubrieron los huesos del Che en 1995, mantiene que los restos hallados en Bolivia y los que se volvieron a inhumar en Villa Clara, Cuba, son efectivamente los del guerrillero heroico. ¿Quién va a creer que en asuntos tan delicados pueden los conductores del proceso socialista cubano errar el tiro?

A pesar de su avasallante poderío económico, militar y mediático, esta burda historia sobre los restos del Che demuestra que el imperio dirigido por mister Bush y demás halcones de la Casa Blanca atraviesa una de sus crisis más profundas. No existe la menor duda de que las inteligencias grises de sus viejas agencias diversionistas están en franca decadencia.

25 de marzo, 2007.