Por ANULFO MATEO PEREZ
I
La
intoxicación por la ingesta adulterada de bebidas alcohólicas durante el pasado
asueto de Semana Santa, ha dejado hasta ahora un saldo alarmante de 64 personas
fallecidas y un número indeterminado de otras que sufren las secuelas del
metanol (alcohol de madera), como ceguera, mareos y trastornos en la
locomoción.
El metanol
es un agente químico que se encuentra en productos de limpieza, anticogelantes,
pinturas y barnices, usado en la fabricación artesanal ilícita de alcohol y
venta al público de clerén, triculí y pitrinchi.
Se han
presentado intoxicación y muerte de numerosas personas que han ingerido alguna
bebida espirituosa, pensando que se trata de alcohol etílico, cuando en
realidad está mezclado con metanol.
El empleo
de alcohol de madera es una alternativa más barata para los fabricantes clandestinos
de alcohol, pero provoca una gran morbimortalidad, muy a pesar de los
tratamientos empleados en el país.
Se estima
que el fallecimiento de pacientes intoxicados con alcohol metílico, oscila
entre un 26 y un 50% y en los casos no mortales existe una gran cantidad de
secuelas neurológicas y visuales, como la ceguera.
El metanol
es de los alcoholes el de menor peso molecular, y al ser ingerido provoca
cierto grado de embriaguez, precediendo manifestaciones clínicas atribuibles a
la formación de metabolitos tóxicos.
El rango de
aparición de los síntomas es de 1 a 72 horas, lo que en ocasiones se confunden
con los mismos efectos del alcohol etílico, me refiero a embriaguez, mareos,
euforia, locuacidad y depresión posterior.
Los
metabolitos se producen por acción de la enzima alcoholdeshidrogenasa, encargada
de metabolizar el alcohol, dando lugar al formaldehído, que a su vez es
transformado en ácido fórmico, muy corrosivo.
II
La ingestión
de bebidas alcohólicas que contienen metanol (alcohol de madera), da lugar al
ácido fórmico, que inhibe la respiración mitocondrial, produce hipoxia tisular
y acidosis láctica a nivel de 5,6. El paciente suele presentar molestias gastrointestinales
diversas, visión borrosa, hasta pérdida de la misma.
Es evidente
el deterioro neurológico progresivo, avanzando hasta la presentación de convulsiones
y/o coma. Se mencionan como factores de mal pronóstico la presencia de estas
condiciones y acidosis metabólica.
Basándose en
su sabor y olor es imposible diferenciar el metanol del alcohol etílico. El
primero se absorbe con rapidez y la concentración máxima en sangre se logra
30-60 minutos después del consumo.
El tratamiento
consiste en inhibir la transformación del metanol en sus metabolitos y para que
sea efectivo debe instaurarse de forma temprana, antes de que se haya formado
una cantidad elevada.
Es importante
que el personal de salud perciba a tiempo, que el paciente presenta
intoxicación por metanol. Serán muy sugestivos los síntomas visuales
mencionados, acompañado de acidosis metabólica.
En el examen
físico se aprecian alteraciones pupilares que incluyen dilatación y pérdida del
reflejo fotomotor. Más difícil es la situación, si nos encontramos ante un
paciente en coma, con patologías de base.
El etanol (alcohol
etílico), producido y vendido de forma legal, es potencialmente dañino para la
salud, según la cantidad y frecuencia, y puede empeorar a pacientes con afecciones
somáticas o psiquiátricas.
Apremia que
las autoridades apliquen medidas para impedir la fabricación de alcohol adulterado;
que se castigue a los responsables de esa práctica y controlen con mayor rigor
el acceso a las bebidas etílicas legales.