Raíces Radio

sábado, 18 de mayo de 2019

La irrupción de un intruso


Por ANULFO MATEO PEREZ

Aprovechando que la puerta de su modesta residencia estaba entreabierta, irrumpí como un intruso sin dar los buenos días y la encontré muy tranquila sentada en la sala. Me quedé mirándola fijamente, sin mediar palabras. De mi parte, ninguna sonrisa ni nada parecido, lo que la puso inmediatamente en guardia.


–Y tú, ¡¿quién eres?! (me increpó).–Yo soy un alumno suyo (le respondo con tranquilidad pasmosa).
–Pero, ¡¿quién eres?! (me vuelve a preguntar con voz autoritaria y desafiante).
–Un alumno querido (le respondo ahora con una leve sonrisa).
–¡Yo no se quién tú eres! ¡Dime de una vez! (Lo dice manteniendo la distancia y extrema desconfianza).
–Bueno, después de tantos años sin verla no voy a seguir la broma con usted; le voy a decir: Yo soy el alumno que usted más quiere de todos.
–¡Anulfo!


Nos confundimos en un fraternal abrazo; me invitó a sentarme y preguntó cómo estaba mi familia. Hablamos de la reforma de la educación y de la carretera Sur-Cibao. Con mucha certeza, pese a su edad, fijó posición sobre esos y otros temas.

Recuerdo que en 1968, cuando los estudiantes enardecidos se manifestaban en las calles contra el gobierno despótico de Joaquín Balaguer, me pedía que la llevara a su residencia en una motocicleta que yo usaba para asistir al centro de estudios.

-¡Llévame a casa, que esto está peligroso y no quiero irme a pié. Mañana búscame temprano para que me traigas! (Frente al liceo y en las bocacalles del entorno del mismo se apostaban agentes secretos de la Policía y del G-2 del Ejército para apresar a los estudiantes, que ellos entendían dirigían o participaban en las movilizaciones).

La intención oculta, para que le acompañara a su casa, era impedirme estar en las protestas y así protegerme de los dispositivos policíaco- militares desplegados, dado el respeto que en la época inspiraba una profesora con el prestigio de ella.

Así era mi querida maestra Cándida Inés Suzaña Herrera, quien se ganó el cariño y respeto de la comunidad educativa y de toda la sociedad sanjuanera. El 15 de mayo de 2015, ella partió hacia el Olimpo, último destino de los inmortales.

domingo, 12 de mayo de 2019

JCE: de Castaños a oscuro

Por ANULFO MATEO PEREZ

Es comprensible que la Junta Central Electoral (JCE) asuma el bochornoso papel que hasta el momento hemos observado, si reconocemos que esta ha sido conformada siempre por el oficialismo como un traje a la medida para defender sus intereses, por lo general contrarios a los de las grandes mayorías.

Y esto sucede, sin ninguna respuesta contundente que impida los desmanes del poder, que se empeña en irrespetar la voluntad de quienes aún confían en esa JCE y depositan su voto para legitimar esa farsa.

Lo mismo ocurre en el Congreso, convertido en un mercado persa para aprobar proyectos de leyes que favorecen sólo al oficialismo y al gran capital, mientras se despilfarran los recursos públicos.


La misma suerte han corrido el Tribunal Superior Electoral (TSE) y el Tribunal Constitucional (TC), a donde la partidocracia eleva sus instancias y son manipulados por el gobierno, al tener estos la misma factura de la JCE.

Mediante la manipulación, chantaje y compra de voluntades, el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) se ha mantenido en el poder durante cinco períodos, con una interrupción de cuatro años donde nada cambió.

Y cuando cambió, fue para el desastre. Ahora tenemos más corrupción, más impunidad, más desempleo, más insalubridad, más inseguridad ciudadana y el dispendio del 4 por ciento para la educación.

Cuando se plantea modificar la Constitución para favorecer la repostulación y reelección de Danilo Medina, se apuesta a multiplicar esos males y prostituir aún más el ya putrefacto Poder Judicial y el sistema político.


Entonces, no es un extremismo afirmar que sólo con la movilización popular se impide la consolidación de esta dictadura, que por su naturaleza podría pasar de Castaños a las más oscuras de las tinieblas.