Raíces Radio

domingo, 4 de diciembre de 2022

Psiquiatría de enlace

Por ANULFO MATEO PEREZ

I

La psiquiatría actual es la especialidad de la medicina que se encarga de la prevención, tratamiento de los enfermos mentales y rehabilitación de los mismos. La asistencia en este ámbito es de alta complejidad y está bajo la influencia de distintas áreas del conocimiento científico.

La Psiquiatría de Enlace se apoya en una amplia y sólida formación profesional, que abarca desde las neurociencias hasta las ciencias sociales y ayuda a tratar al paciente desde una perspectiva más integral.

Se trata del área de la Psiquiatría que permite el diagnóstico y tratamiento de los problemas de salud mental de las personas médicamente enfermas, en un hospital general y la consulta ambulatoria.

Estos conocimientos y su práctica permiten mejorar la calidad del cuidado intrahospitalario y en el seno de la sociedad, de los pacientes somáticamente enfermos con padecimientos mentales y/o emocionales.

Asimismo, con esta calidad de servicios es posible en muchos casos reducir los costos asociados a la complejidad de esta comorbilidad e influir en la disminución de las estadías hospitalarias de estos enfermos.

Desde la Psiquiatría de Enlace se pueden abordar estos casos con la mayor complejidad y con amplias posibilidades de éxito de asistencia en las condiciones del contexto institucional y en el seno de la sociedad.

Este modelo de desarrollo de la Psiquiatría, avanza en la actualidad hacia la observación de la persona en un escenario biopsicosocial, superando el viejo modelo de causalidad biomédica a uno de mayor integralidad.

Esta práctica ha logrado avanzar en términos técnico-científico, pero hay que reconocer que sus raíces se encuentran en la cultura egipcia, china y los conocimientos a partir de las propuestas del griego Hipócrates de Cos.

II

El debate científico en torno a la asistencia al paciente sobre la base de la evidencia es uno de los temas de mayor interés de la psiquiatría en estos momentos, sin embargo la falta de unanimidad en cómo llamar a este campo de la especialidad, que pone en su centro de atención al paciente complejo.

El término “psicosomático” se le atribuye  a Johann Heinroth (1818), no obstante es difícil precisar el origen del mismo. Sería Felix Deutsch, quien en 1920 demostraría la confluencia de “medicina psicosomática”.

En cuanto a la “psiquiatría de enlace”, fue aceptado el uso de este concepto en el servicio de psiquiatría del Hospital General de Colorado, en EE.UU, que lo defendió con fundamentos teóricos y prácticos.  

Los partidarios de la “Psiquiatría de Enlace”, aprecian que lo “psicosomático” estaría muy próximo a modelos teóricos de causalidad mental-físico, ya sobrepasada. Otros consideran que esta no “enlaza” con otras especialidades.

Se ha planteado que la “psiquiatría de enlace” haría referencia a las habilidades y conocimientos requeridos para tratar la aparición de sintomatología mental referidos desde ajustes médicos y quirúrgicos.

Estos conocimientos son utilizados para evaluar y tratar las condiciones emocionales y conductuales en pacientes que son referidos desde estos servicios, para buscar las causas y posibles tratamientos.

La “medicina psicosomática” es definida como el estudio de la relación “mente-cuerpo” dentro de la medicina, área del conocimiento que abarca no sólo a esta, sino que incorpora a las ciencias sociales.

De manera que se ponderan los factores psicosociales y la vulnerabilidad, curso y pronóstico, que implica la consideración integral del enfermo, prevención, tratamiento y rehabilitación mental.

III

Se han dado los pasos en términos teórico-prácticos y administrativos, para que la Psiquiatría de enlace se Integre en unidades de alta complejidad para el manejo de SIDA, Oncología, Trasplantes, Neurología, Medicina Interna, Perinatología… para insertarse en el accionar de los equipos de salud.

Estamos ante un gran desarrollo en
las últimas décadas, como por ejemplo la creación del Grupo de Interés en Psiquiatría de Enlace del Royal College of Psychiatrysts del Reino Unido desde el 1980, del pasado siglo.

Igual ocurre en la mayoría de los países con sistemas de salud desarrollados. Como sub-especialidad, ha sido reconocida en el año 2003 en Estados Unidos de América por el órgano rector de especialidades.

También en la Unión Europea se ha llegado a generar un amplio consenso en cuanto a la necesidad de contar con planes de entrenamiento formal para psiquiatras especialistas en el área mencionada.

Los hipervínculos con otras experiencias, así como los aportes desde las ciencias biomédicas y sociales dan el apoyo para desarrollar esta subespecialidad, que toma las contribuciones de la psiquiatría general.

Hay que resaltar, que algunas habilidades de la psiquiatría clásica, sustentadas en la Medicina Basada en la Evidencia quedan a disposición del exigente medio del paciente somático, para ayudar a equipos tratantes.

La importancia de esta subespecialidad se puede comprobar como por la alta morbilidad psiquiátrica en ingresos de pacientes al hospital general, con tasas que alcanzan entre el 27.2% y 38.7% de los enfermos.

Su relevancia de la Psiquiatría de enlace se demuestra en que pacientes médicamente enfermos son referidos a los servicios de esta especialidad por delirium y demencia así como riesgo en intento suicida.


Pseudología fantástica

Por ANULFO MATEO PEREZ

El comportamiento de mentir debe ser valorado con cuidado, porque en ocasiones no se trata de una simple mentira, sino de serios y complejos trastornos psicológicos, creando dificultades en las relaciones interpersonales, en el ámbito micro-social, macro-social y daño a los receptores de esos mensajes. 

 Existe la mentira ligada a la fantasía, donde estarían aquellas relacionadas con personajes o monstruos, mientras compensatorias, que son el reflejo de una carencia emocional en sujetos con otras patologías. 

Es el caso de la falta de buenos resultados en el ámbito académico, inventaría que los maestros alaban sus intervenciones, dice obtener malos resultados por culpa de otros o inventan historias. 

En cambio, la Pseudología fantástica, mitomanía o mentira patológica, tres distintas formas de calificarla en el ámbito de la psiquiatría para describir el comportamiento de mentir reiteradamente de manera compulsiva. 

Esta patología psiquiátrica fue descrita por primera vez en la literatura médica en 1891 por el suizo Antón Delbrück, y desde entonces cobró interés en los investigadores y en la asistencia de las personas afectadas. 

Se considera que la mentira es una conducta cotidiana del hombre y se considera como uno de los recursos más útiles para el que miente, pero deleznable, para conseguir lo que se propone de forma ruin. 

 Una mentira es una afirmación de cuya falsedad muchas veces sólo sabe el que la dice y que supone un intento de conseguir un objetivo predeterminado en su propio beneficio o para lastimar a otras personas. 

En tanto, la mentira patológica, conocida como pseudología fantástica, es un cuadro clínico caracterizado por la continua fabricación de falsedades, y confabulaciones desproporcionadas con la realidad. 

 II 

 La pseudología fantástica, mitomanía o mentira patológica se caracteriza por la continua fabricación de falsedades desproporcionadas y compensatorias en términos psicológicos, en relación a cualquier ventaja que pudiera obtener el que la padece, llegando a constituir un complejo engañoso organizado. 

 A diferencia de la mentira ordinaria, se origina en motivaciones patológicas y mecanismos psicopatológicos complejos. Se considera que el 40% de los casos tiene una alteración previa del Sistema Nervioso Central. 

 Hasta ahora, se le relaciona con la epilepsia, hallazgos patológicos en el Electroencefalograma (EEG), antecedentes traumáticos o de infección. Se sugiere que ciertas personas tienen “predisposición a la mentira”. 

 Un estudio de imágenes demostró que en estos pacientes se observa mayor proporción de sustancia blanca prefrontal, así como disfunción hemitalámica derecha, sugiriendo que pueden jugar una función en su origen. 

 Este proceso patológico se atribuye a factores psicopáticos, a personalidad límite, narcisista o histriónica. No existe tratamiento específico, aunque el abordaje con psicoterapia puede ayudar al mitómano. 

 El paciente cuenta una historia personal pero más llamativa, por lo que sus mentiras pueden estar originadas en algún hecho real, pero distorsionadas para construir una historia más vistosa y extravagante. 

 Así, el sujeto miente de forma compulsiva sobre detalles de su vida con mucha naturalidad. Esta conducta de mentir le proporciona recompensas inmediatas como atención o admiración de los demás. 

 Para el paciente, las mentiras no persiguen ningún fin doloso o utilitario. Suelen estar motivadas por su baja autoestima. Así, la mentira se presenta como una forma de obtener la admiración que necesitan. 

 III 

 Es conveniente diferenciar entre mentira, engaño, simulación y mentira patológica, porque existen líneas divisorias entre ellas desde el punto de vista psicopatológico psicosocial y puramente conductual, donde las tres primeras tienen más que ver con algo intencionado y más externo al sujeto. 

 En tanto, la mentira patológica se vincula sobre todo con las interioridades del individuo, con la necesidad de crearse otra identidad, por las pretendidas gratificaciones psicológicas que recibiría de los demás. 

 La diferencia entre el mentiroso compulsivo fabulador y el mentiroso intencional parece estar en un “limbo”, donde lo consciente o intencional se mueve hacia lo inconsciente, entre lo patológico y la normalidad. 

 La mentira, el engaño y la simulación, tienen que ver con algo intencionado y más externo a la persona que miente; la mentira patológica se relaciona con el interior del individuo; con la necesidad de crearse otra identidad. 

 En la mentira patológica, el sujeto hace de la mentira su vida, construyen su identidad desde lo inexistente, de ahí lo patológico, pero luego llega a convertirse en una verdad para ellos, y forman parte de ella. 

Para diferenciarlas, en la mitomanía hay grandes y extensas invenciones, el contenido y extensión de las mentiras son desproporcionados para cualquier finalidad discernible o ventaja personal.

Lo patológico en la mitomanía, es que estas personas, llegan a creer sus mitos; es una característica central y persistente, y la pseudología de su vida pasa a suplantar recuerdos verdaderos. 

 La causa de la mitomanía suele estar en la falta de atención, negligencia o abuso de los padres durante la niñez de la persona afectada, y la consecuente baja autoestima. Esta afección puede tratarse con psicoterapia.