Por ANULFO MATEO PÉREZ
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Las
transnacionales que roban nuestras riquezas, como lo hace la Barrick Gold, no
operan de forma solitaria. Son parte de la corporatocracia, quien a su vez se
auxilia de la CIA
y entidades de la naturaleza de la
USAID, para asegurar sus intereses en países vulnerables a
sus acciones de rapiña.
Es
demostrable el papel de los gánsteres económicos (GE) y “chacales”. Ellos se
encargan de las acciones directas contra los presidentes y, si logran la
colaboración de estos, pasan a controlar el país de que se trate.
Tienen
su centro de mando en el corazón del imperio y mecanismos de coerción
inimaginables. Deciden en el Departamento de Estado, Banco Mundial, BID, FMI…
para trazar el rumbo e imponer su modelo privatizador.
En
la década de 1990, cuando John Perkins era un connotado GE, le ofrecieron la
presidencia de la
Compañía Boliviana de Energía Eléctrica (COBEE). Le prometieron
convertirlo en el hombre más importante de Bolivia, después del Presidente.
Así,
podría controlar el flujo de electricidad tanto en el palacio de gobierno, como
en las bases militares, apoyado por la
CIA, si decidían dar un golpe de Estado.
La
compra de Placer Dome con sus activos por la Barrick Gold, la
variación del contrato y los tejemanejes de esa multinacional para quedarse con
el oro dominicano, es parte de la historia narrada.
El
ex presidente Leonel Fernández y su entorno más íntimo deben responder por la
renegociación leonina firmada con la Barrick Gold, y por qué variaron el contrato
firmado con Placer Dome.
En
tanto la Barrick Gold
se lleva nuestro oro, las promesas del presidente Medina y el “plazo prudente”
se convierten en bumerán, incrementándose los riesgos contra él. No olvidar
que también para el pueblo, “la paciencia tiene un límite”.
28/Abril/2013.