Raíces Radio

sábado, 6 de diciembre de 2014

Método de perpetuación política

Por ANULFO MATEO PÉREZ

I

Para mantenerse en el poder, la cúpula de la corporación PLD ha venido estableciendo un sistema de control social, mediante el conocimiento, análisis, evaluación periódica y sometimiento de los sectores más vulnerables de la sociedad, dominio que se puede hacer añicos por las agudas contradicciones de clases.

Las luchas de los sectores populares hacen que ese control social pierda efectividad y la base de sustentación del sistema se resquebraje por la obsolescencia, anacronismo e incapacidad de reproducción viciosa del poder.

El peledeismo gobernante ha ido desarrollando una capacidad de control de la sociedad, que le permitiría la perpetuación en el poder, usando métodos que no son los estrictamente represivos, sino persuasivos.

Por eso su denodado empeño en procurar y mantener el dominio absoluto de las organizaciones sociales, sindicales, económicas, académicas y políticas para mantener el control de cada sector.

Los gobiernos del PLD han creado una burocracia dedicada a los controles más serios, es decir, policías, aparatos de “justicia”, servicios de información, oficinas ministeriales, económicos y de defensa.

Pero además, servicios internacionales, empresas “privadas” de seguridad, agentes sociales que llevan los informes de cada situación en el ámbito en que desarrollan sus actividades de “caliesaje”.

Los controles permanentes del PLD en la “vida privada” o “intimidad”, en la familia, volcados sobre y contra la mujer, juventud, artistas, deportistas y personas mayores le aseguran su pasividad y conformismo.

El conocimiento y los medios de manipulación de masas, son usados para legitimar el poder y la de una dictadura institucional. Pero “una cosa piensa el burro y otra el que lo apareja”, dice el refranero popular.

II

El control social al que han aspirado los aparatos del PLD y aspira el presente gobierno, conlleva una vigilancia estricta, y debo recordar que no hay control sin vigilancia, ni vigilancia sin control. Hay un tipo de vigilancia, que es más sofisticada, más peligrosa, porque esta va unida al castigo selectivo.

El método de control-vigilancia-castigo o represión viene siendo puesta en práctica desde hace algún tiempo. Los paleros de Leonel Fernández contra periodistas y manifestantes, es sólo un botón.

Como en los viejos tiempos de la Iglesia Católica, siglos XIII y XIV, y en los inicios de las tesis amaurianas, los gobiernos del PLD vienen aplicando, pero con nuevo estilo: Espionaje, infiltración, delación, tortura y hoguera.

Los métodos balagueristas están intactos en el peledeismo gobernante: escudriñan y escuchan el submundo de dimes y diretes, de rumores, común o extraño, raro, de los sujetos con vigilancia especial.

Todo esto para entronizar lo que ya echa raíces: una dictadura institucional de nuevo tipo. De ahí su febril afán por controlar de forma absoluta los tres poderes del Estado, así como a la sociedad civil.

La estrategia es asegurar la dominación con los sectores más conservadores, como también del movimiento sindical amarillista, sembrar el miedo y debilitar la movilización popular contra sus desafueros. 

El accionar del peledeismo desde sus gobiernos ha creado una sensación de que nada se puede obtener si no es mediante la intervención del PLD y de las instituciones que domina o pretende dominar.

Prueba la eficacia de la dependencia emocional y cognoscitiva que se alimenta de dichas técnicas “disciplinadoras”. Algo así: “nadie viene al padre (alcanzar una meta) sino por mí”. Pero el pueblo le tiene “el agua puesta”.