Por ANULFO MATEO PEREZ
Mientras el secretario general de la ONU, António Guterres, insta al
mundo a la unidad para enfrentar con éxito la pandemia de Covid-19, se
impone la lucha de intereses sobre la solidaridad, y la fuerza del
capital sobre los más necesitados, frágiles y desamparados ante esta
tragedia.
Aunque el Covid-19 no discrimina, porque puede incubarse con sus
nefastas consecuencias en ricos y pobres, explotadores y explotados,
blancos, negros, amarillos…, los más perjudicados serán los de abajo.
Por más que se escuchen gritos lastimeros e hipócritas de la derecha
política, empresarios, religiosos… cuando se refieren a las condiciones
por las que atraviesa la humanidad, la lucha de clases no cesará.
Y es que los dueños del mundo no están preocupados por los seres
humanos que sucumben ante la crisis sanitaria, sino que en el fondo su
mayor desazón es la repercusión de la misma sobre la economía.
Su desvelo es por la baja en la producción y transacciones
comerciales; cuarentena de trabajadores a nivel global; “ausentismo”
laboral e inversión económica en el precario asistencialismo a los más
pobres.
No sólo se impone negligencia e incapacidad de los gobiernos para
manejar la pandemia que nos azota, sino que ante la desgracia prevalecen
los intereses de quienes tienen el control político y económico.
Ejemplo al canto: Mister Trump ha minimizado la crisis en su país,
que sólo en Nueva York cuenta unos 100 mil contagiados y más de 2,500
decesos, en tanto prioriza hostigar a Venezuela.
Nuestra realidad no es diferente; el Gobierno aprovecha la pandemia
de Covid-19 para sacar capital político electoral y sus más allegados
hacer grandes negocios ante el sufrimiento de los dominicanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario