Raíces Radio

martes, 12 de marzo de 2013

¿Dictadura de la desinformación?

Por ANULFO MATEO PEREZ

Debo insistir en el tema porque cada vez más se emplean los medios de comunicación para mentir y condicionar conciencias. Frente a la cruda realidad en que se debate nuestro país, los alumnos de Paul Joseph Goebbels, quien promovió por todas las vías la depuración de los ambientes culturales y la más extensa difusión de los mitos nazis, pretenden nuevamente "tapar el sol con un dedo".

Una y otra vez se repiten los mismos errores al enfrentar la furia de la naturaleza. Es evidente la incompetencia oficial ante amenazas de catástrofes de ese tipo y al manejo de presas y canales. Las causas de la tragedia se extienden a las condiciones de miseria en que vive la gente, a la naturaleza del sistema político y la sustentación ideológica.

Esos fenómenos naturales se presentarán en el futuro con más frecuencia e impacto, dado el progresivo deterioro del medio ambiente, el calentamiento global y el efecto invernadero, cuya culpa recae principalmente sobre los países más industrializados, los cuales mantienen invariable el rumbo de la destrucción, como es el caso de Estados Unidos, que hasta el momento se ha negado a firmar los acuerdos de Kyoto sobre la preservación del medio ambiente.  

Recordemos la inundación de Mesopotamia en San Juan de la Maguana y las innumerables víctimas de esa tragedia, provocada por el huracán Georges; el voraz incendio de la cordillera Central hace unos años y la falta de recursos e incapacidad para mitigarlo; el desbordamiento del río Soliette en Jimaní y el luto y devastación dejado a su paso; más recientemente, la muerte y destrucción sembradas por Noel.  

En territorio del imperio, el desastre se hizo presente con la tormenta Katrina, que afectó dramáticamente a Nueva Orleáns. También la imprevisión y torpeza causó miles de muertes y cientos de miles de damnificados. Algo dantesco, con el mismo hilo conductor de lo que ha sucedido y sucede en nuestro país. Me refiero al predominio de un sistema de injusticias y discriminación, que multiplica de forma acelerada el número de pobres, y al mismo tiempo los olvida a su suerte.

Y mientras eso sucede, en la Cuba asediada, bloqueada y vituperada por los amos del mundo se han manejado esas mismas adversidades con previsión y destreza, salvando vidas y propiedades mediante la organización social, la solidaridad y los recursos del Estado, bajo la conducción estrecha de sus máximas autoridades en cada localidad y en el plano nacional. Con un impacto mucho menor en cuanto a pérdidas de vidas, epidemias y morbilidad, donde el ser humano es el centro de ese proceso transformador.  

Los que tratan de "tapar el sol con un dedo", formados a imagen y semejanza de Goebbels, hacen grandes esfuerzos para ocultar negligencias y minimizar la dolorosa tragedia de Santiago, limitándose a un número pequeño de ideas, las cuales repiten incansablemente, por demás presentadas desde diferentes perspectivas y convergiendo sobre el mismo concepto, "sin fisuras ni dudas", que hizo famoso al ministro de propaganda de Hitler, en Alemania: "Una mentira repetida mil veces, se convierte en una verdad".

16/Diciembre/2007.

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