Raíces Radio

jueves, 14 de marzo de 2013

Como una sombra

Por ANULFO MATEO PÉREZ

Cuando Juan Bosch hablaba de que en la política hay “cosas que no se ven y otras que se ven”, citaba a José Martí, quien a su vez se refería a las acciones de los dioses, guerreros griegos y troyanos en la Ilíada.

“No buscaba Homero las comparaciones en las cosas que no se ven, sino en las que se ven: de modo que lo que él cuenta no se olvida, porque es como si se lo hubiera tenido delante de los ojos”, decía Martí en la Edad de Oro.

Como un ejército “que no se ve”, los poderosos usan agentes entrenados para infiltrar y penetrar a sus adversarios y “aliados”, juegan el papel de “asesores” o “consejeros”; son la sombra de los líderes.

En algunos casos, esos espías sirven a los gobiernos de las grandes naciones y terminan dirigiendo los procesos o encabezando gobiernos serviles, pasando a ser verdaderos traidores a su patria.

Fidel Castro tocó el tema esta semana al recordar a Joaquín Villalobos, ex comandante guerrillero salvadoreño, quien desde posiciones muy “radicales” devino en contrarrevolucionario.

Villalobos, pasó a estudiar en la Universidad de Oxford, Inglaterra, y luego asesoró en programas de contrainsurgencia a los gobiernos de Francisco Flores en El Salvador, Álvaro Uribe en Colombia y Felipe Calderón en México.

Dirigentes del FMLN de El Salvador y los hijos de Roque Dalton, poeta y revolucionario, acusan a Joaquín Villalobos de asesinarle el 10 de mayo de 1975. 

En la historia de nuestro país hay más de un caso de líderes de izquierda o liberales que fueron acompañados, como su propia sombra, por agentes que les mantuvieron bajo control.

Esas acciones encubiertas, “que no se ven”, son usadas por Estados Unidos en todas partes del mundo para neutralizar o destruir a sus adversarios, incluso a los que están en el poder.

14/Agosto/2010.

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