Las
investigaciones más acabadas y de más bagaje científico determinan que la
memoria y la inteligencia se complementan mutuamente para garantizar el
rendimiento intelectual; así como hay correspondencia entre ambas, también
existe entre la atención y el fenómeno mnésico (de la conciencia).
Una
alteración en la atención tendrá una repercusión desfavorable en el proceso que
permite una adecuada fijación de la información y evocación de los recuerdos,
lo que exige un nivel óptimo de la conciencia.
Esta
última es la expresión más alta del desarrollo integral de la materia viviente
y que como un todo, junto a la orientación (en tiempo, espacio y persona) conforman las funciones de
integración psíquica.
La
atención es una focalización de la conciencia; la orientación selectiva de la
percepción de los estímulos. La hipervigilancia, la distractibilidad y la
hiperconcentración son alteraciones graves de la atención.
Estas
condiciones anormales gravitan negativamente sobre el complejo proceso de la
memoria y se aprecian en situaciones emocionales menores y en ocasiones son
parte del cortejo sintomático de enfermedades.
En
cuanto a cuadros psicopatológicos, puede citarse el síndrome maníaco
(integrante del conocido trastorno bipolar); el delirio agudo, el delirante
paranoide; los síndromes asténico, depresivo y demencial.
Las
personas se preocupan cuando advierten alguna alteración de la memoria, sin
embargo, existen condiciones en que la excitación de la corteza cerebral es
débil para ciertas informaciones recibidas.
Este
bajo rendimiento puede ser por inatención, o por el abuso de la práctica de la
memorización, es el caso de estudiantes que en horas pretenden fijar y evocar
informaciones que debían procesar en meses.
II
Los
trastornos de la memoria pueden ser resultado de la “desorganización” personal,
y en consecuencia se dificultará la evocación de los hechos o experiencias, sin
embargo hay que tener en cuenta que existen enfermedades que pueden afectar una
buena memoria, las relaciones consigo mismo y los demás.
Entre
ellas la Enfermedad
de Alzheimer, Epilepsia, Diabetes, Hipotiroidismo… Hay estados en que también
pueden suceder tales trastornos como embriaguez, uso de sustancias, tensión
emocional, hipoglicemia.
Son
muy frecuentes las quejas de olvidos de nombres, números telefónicos, cifras,
citas, lugares donde se han dejado objetos o conocido personas, etcétera, pero
en realidad no se trata de nada grave.
Algunos
consejos prácticos:
Organice
siempre sus actividades, por menudas que sean; no las deje a su “memoria,
prodigiosa”. No abuse de esta. Use la agenda de actividades; anote en orden
todo lo que considere importante.
Los
nombres de personas recién conocidas, con las que usted debe relacionarse, así
como sus generales, funciones, números telefónicos… deben ser anotados con
precisión. Revise su agenda la noche
anterior.
Recuerde
que “pasar revista” muy exhaustivamente al momento de dormir, podría crearle
muchas tensiones e insomnio. Debe tener lugares fijos para guardar cada cosa,
no dejarlas tiradas en cualquier lugar.
No
establezca compromisos laborales o sociales más allá de lo razonable; esto crea
excesivo estrés, un factor que afecta la atención y de esa forma la memoria;
tanto la fase de fijación como de evocación.
Realice
ejercicios físicos ordenados: mejora la actividad cardíaca y la irrigación
cerebral; mantenga una alimentación balaceada; garantice un sueño reparador; si
es necesario visite al psiquiatra o al neurólogo.
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