Por ANULFO MATEO PÉREZ
I
El tabaquismo es
devastador para toda persona que emprendió la ruta del hábito de fumar, con
repercusión no sólo en los pulmones, como se cree, sino a nivel cardiovascular,
cerebral, social y económico, entre otros, que se inicia generalmente en la
adolescencia, en muchos casos para presumir de adulto.
El tabaco, originario de
nuestra América, es una planta de la familia de las solanáceas, cuyas hojas
secas y enrolladas se utilizaban en forma de tizón; se encendían por un extremo
y se chupaba por el opuesto.
La planta en el lenguaje
nativo se nombraba cohíba y su uso se extendía desde el behíque (sacerdote de
la tribu), hasta todos los integrantes del grupo primitivo, observado a la
llegada de los colonizadores.
La forma de consumo podía
ser fumado, masticado y aspirado, y el tizón era nombrado tabaco por los aborígenes.
A principios del siglo XV, Carlos V recibió las semillas de la planta, que
sembró y cultivó.
Medio siglo después Juan
Nicot, embajador francés en Portugal, la llevó a la reina de Francia, quien
recomendó su aplicación para la curación de las heridas y ordenó que se usara
también en forma de polvo.
En reconocimiento a Nicot,
la planta y su producto activo fue llamada nicotina. En Estados Unidos,
anualmente se producen 600 mil millones de cigarrillos y 55 millones de
personas son dependientes al tabaco.
Cuando el hábito tóxico es
una combinación del café, tabaco y alcohol, como es entendible, los daños a la
salud se multiplican y reduce las expectativas de vida para toda persona
expuesta a sus efectos.
Según estudios, el alcohol
reduce en 12 años esas expectativas, y en el caso del tabaco 15, lo que siempre
recordamos a nuestros pacientes, sin dejar de mencionar el costo económico y su
repercusión social.
II
El tabaco al ser consumido
por cualquier vía, actúa elevando la cantidad de neurotransmisores, en forma
similar al café, pero al mismo tiempo disminuye la circulación de la sangre por
el cerebro y corazón, bloqueando los impulsos nerviosos de la médula espinal.
Esta estructura es parte
del sistema nervioso que se extiende por el canal de la columna vertebral y
donde radican centros nerviosos para el normal funcionamiento sexual.
Este es uno de los
mecanismos que explica en muchos casos un óptimo rendimiento en las relaciones
sexuales, en ambos sexos, y en el hombre una adecuada erección.
Estos efectos son
provocados por la nicotina que se halla en proporción del 1 ó al 2,5 % del peso
del tabaco; también existen otros mecanismos ajenos a los efectos químicos.
Hay estudios realizados en
países fríos, que demuestran que la mayoría de los fumadores cuando apagan sus
cigarrillos siguen exhalando humo (esta vez por la acción del frío).
Sin embargo, al apagar el
cigarrillo no se percatan de que realmente siguen “fumando” en ese momento y
que incluso afectan a otras personas que se encuentran en su entorno.
Aunque los indios
norteamericanos usaban el tabaco en ceremonias de paz (fumar la pipa de la
paz), en épocas anteriores, el simbolismo de exhalar humo era expresar ira.
Además de los efectos por
los mecanismos de acción referidos existen muchos otros que explican
precisamente los efectos no deseados al fumar tabaco, que es un hábito tóxico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario