Por
ANULFO MATEO PÉREZ
Si
hoy podemos apreciar el desarrollo incontenible del movimiento Marcha Vede por
el cese de la corrupción y la impunidad, es porque este ha ido asumiendo la
“pluralidad de la conciencia” para ese fin y reencausando la lucha por metas
superiores, como son los cambios profundos en la sociedad dominicana.
A
la movilización social contra el robo del erario por el funcionariado estatal y
el capital parasitario, se han ido sumando las protestas de organizaciones
populares y profesionales por sus reivindicaciones.
Estamos
ante actores sociales que entienden que sólo la lucha firme y unitaria por los
derechos ciudadanos, es la garantía de un cambio de rumbo de nuestro país hacia
un pleno ejercicio democrático.
El
ascenso cualitativo del movimiento social se aprecia por los niveles de
conciencia cada vez más creciente de que hay que desmontar esta justicia
podrida que nos lacera y conformar una Constituyente popular.
La
creación de órganos que aprueben leyes y las apliquen garantizando los derechos
de todos los ciudadanos por igual, que castiguen la corrupción, la impunidad, y
por una Constitución del pueblo y para el pueblo.
Ahora
se impone luchar sin descanso contra el caos institucional, mafias político-corporativas,
inseguridad ciudadana, desempleo, ignorancia, insalubridad, chantaje oficial,
clientelismo político y el sicariato.
Este
“domingo verde”, con movilizaciones simultáneas en todo el país, demuestra el
deseo del pueblo dominicano de terminar con este sistema de mafias partidocráticas que roban y matan con impunidad.
Esta
presencia verde a nivel nacional es una voz de alto a las acciones de este y
otros gobiernos, a los sobornos y sobrevaluaciones de Odebrecht, y a otros “tumbes”
al pueblo, “que nunca se habían dado”.
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