Raíces Radio

domingo, 5 de noviembre de 2017

Poder y autoridad

Por ANULFO MATEO PÉREZ

Los gobernantes impopulares en la República Dominicana olvidaron, o tal vez nunca lo tuvieron en cuenta, que para la existencia y reproducción del Estado es indispensable inspirar respeto y confianza, factores absolutamente indispensables para lograr el poder y la autoridad sobre los gobernados.

Por lo general se interpreta como sinónimo de poder la capacidad de coerción o de manipulación pese a la oposición de otros,  o lo que es lo mismo, el uso de la fuerza para imponerse ante lo demás.

Se garantiza la salud del Estado, con el respeto y la confianza obtenidos del pueblo, a los que se les suma el elemento consensual; no el exclusivo recurso de la coerción, que por lo general es sobrevalorado.

Lo que he afirmado precedentemente no debe confundirse con el concepto hegemonía, traducido al papel central que juega una clase social en una alianza con otros sectores, para transformar un estado.

En el caso actual del gobierno peledeista y sus predecesores, se ha enfatizado siempre en el elemento coacción, como “garantía” de una legitimidad inexistente, dada la tramposería en el proceso de su elección.

Hasta ahora, los gobiernos se han empeñado en usar la coerción de grupos político-corporativos sobre el pueblo, y sus limitadas alianzas han desconocido las leyes y Constitución que ellos mismos se han dado.

Estamos ante un gobierno sordo, ciego y mudo que carece no sólo de respeto, confianza y autoridad, sino de capacidad de gobernar, lo que puede conducirnos más adelante a lo que se conoce como “vacío de poder”.


Sumado a todo ello la corrupción, impunidad, podredumbre institucional, desconocimiento de los derechos e ingobernabilidad, es lo que ha ido abriendo el camino de una inevitable confrontación pueblo-gobierno.

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