Por
ANULFO MATEO PÉREZ
La
crisis de credibilidad y desempeño no la va a resolver el gobierno de Danilo
Medina descalificando a los sectores que componen el movimiento Marcha Verde,
que demandan el fin de la corrupción, la impunidad y el caos, ni tampoco acudiendo
a la represión contra las crecientes y justas protestas sociales.
La
debacle de este gobierno era previsible, desde que se impuso la reelección del
presidente, que incumplió desde su primer mandato con las promesas de campaña,
entre ellas, terminar con el robo al erario.
La
situación se le ha empeorado por su conexión con el caso de corrupción Petrobras-Odebrecht
en Brasil, que acorrala a sus amigos Lula da Silva, Dilma Rousseff y tambalea al
presidente Michel Temer.
Ahora
se suma a la crisis, la brutal y ominosa represión contra los jornaleros cañeros,
que exigen su pensión, y el repulsivo asesinato del dirigente popular francomacorisano
Mario Vladimir Lantigua Baldera.
Como
podemos apreciar, el gobierno ha decidido enfrentar al movimiento social, que
demanda un cambio de rumbo de la sociedad, con manipulación mediática, represión
indiscriminada y selectiva.
Es
un pésimo cálculo del oficialismo, responder a las demandas sociales con
métodos intimidatorios, que lejos de fortalecerle, les hacen perder mucho más
el escaso crédito y estabilidad que le sustenta.
Confrontar
el movimiento Marcha Verde, que crece como una bola de nieve contra la
ineficiencia y el desorden de los tres poderes del Estado, es apostar a la
violencia y al agravamiento de la crisis.
Es
evidente que el oficialismo está atrapado en sus propias e intrincadas redes. Si
la represión del Estado contra el pueblo garantizara la permanencia de malos
gobiernos, América tuviera plagada de dictaduras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario