Por ANULFO
MATEO PÉREZ
Es
una ingenuidad política seguir pensando que la situación actual en que vive la
sociedad dominicana es la misma del pasado, cuando los electores corrían detrás
de los caudillos sin importarles mucho que harían desde el poder, condicionados
por tormentosas circunstancias políticas, económicas y/o sociales.
Pese
a la manipulación mediática, clientelar y demagógica, hay una amplia franja del
electorado con un alto nivel de conciencia que se abstiene del sufragio como un
gesto crítico a la partidocracia tradicional.
Ese
alto porcentaje que no vota en cada proceso comicial, lo hace demandando propuestas
claras de quienes se presentan como opción de poder, que sean sintónicas con sus
ideas para cambiar la sociedad.
Los
que piensan derrotar a la corporación PLD en 2016, deben convencer primero a
esos cientos de miles de “escépticos”, que acompañarían a cambiar la
correlación de fuerzas entre gobierno y oposición.
Habría
que contar con ellos, los cuales poseen la mayor firmeza política para la lucha
necesaria por la estructuración de una nueva JCE, TSE y TC que garanticen
transparencia y respeto a la voluntad popular.
Para
llegar al poder hay que convencer a esos “escépticos” y a otros que
tradicionalmente votan, ofertándoles un programa de gobierno que contenga los puntos
básicos que permitan un cambio de rumbo del país.
Ahora
el electorado tiene referentes en América Latina, como son los casos de Ecuador,
Bolivia y Venezuela, con gobiernos surgidos de la voluntad popular, que
defienden los recursos públicos y derechos políticos.
De
manera, que proponerse llegar al poder desde la oposición, prescindiendo de un
programa y bajo la premisa de que sólo basta con un “líder” que encabezaría la
boleta electoral, es una fantasía, pura quimera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario