Por ANULFO MATEO PÉREZ
Lo
que Juan Bosch describió como formación de una “corriente oportunista” al
interior del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), argumentos que
justificaban su renuncia con carácter irrevocable de la presidencia de esa
organización y a la actividad política, terminó predominando en todas sus
estructuras.
Los
grupos denunciados por Bosch, lograron el control absoluto por encima de sus
deseos, adoptando el oportunismo como filosofía política, que hoy le permite
–con escaso respaldo popular– mantenerse en el poder.
La
pequeña burguesía rastrera gobierna a través del PLD, transmutado en
corporación, para administrar el Estado como una finca particular, a favor de
la gran burguesía local y los capitales transnacionales.
Este
proceso ha conducido a un régimen de mayor centralización política, y por lo
visto personal, con superestructuras burguesas que son verdaderas entelequias,
como por ejemplo, las llamadas altas cortes.
Enriquecidos
de forma galopante, los dueños de la corporación PLD se han integrado a los
distintos grupos burgueses a fuerza de traspasar el patrimonio público a lo
grupal y personal, con la mayor impunidad.
Pese
a todo ello, aún quedan ingenuos soñando que la administración de Danilo Medina
terminará con el caos con que el peledeísmo desgobierna el país, desde un
Estado-partido, sin límites entre uno y otro.
Decía
Carlos Marx, que en el capitalismo “los gobiernos son simples Consejos de
Administración de la burguesía“, de las grandes empresas y de los grandes
bancos. El de Danilo no es la excepción.
Para
aquella época, la conexión entre políticos ejercientes y grupos empresariales
no era tan expresiva. Por lo general, los primeros no llegaban a formar parte
de esa clase social. El PLD cambió el paradigma.
Excelente trabajo
ResponderEliminarMuchas gracias.
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