Por ANULFO MATEO PÉREZ
I
Los
halcones de Washington se jactan de ser los más puros defensores de la
democracia y los derechos humanos, cuando se proponen derrocar los gobiernos
que no se someten a su inmenso poder. Para ello instrumentan múltiples métodos,
que oscilan entre el golpe de estado “violento” y el “no violento”.
Si
el gobierno a deponer se escapa de su control, entonces el imperio propicia la
intervención directa de sus fuerzas militares, como ha ocurrido en América
Latina y otras regiones del planeta.
Gene
Sharp, operativo de la CIA,
llamado “el genio de las libertades”, elaboró para esa agencia “La política de
la acción no violenta”, manual que orienta cómo derrocar gobiernos “enemigos” por
la vía “pacífica”.
Sharp,
egresado en Ciencias Sociales de la Universidad de Ohio (1949), también obtuvo un
máster en Sociología (1951) y en 1968 se doctoró en la universidad de Oxford
como filósofo en Teoría Política.
Al
gobierno del presidente Maduro en Venezuela, por ejemplo, le están aplicando el
método de la escasez de los artículos de primera necesita, que las redes de
distribución y expendio acaparan, controladas por la oposición.
La CIA le ofrece “oxígeno” a la
fundación Albert Einstein Institution (AEI), ideada por Gene Sharp, que la usa
como fachada para encubrir las acciones de inteligencia y conspiración contra
gobiernos legítimos.
Desde
esa “fundación” se han tejido buena parte de las llamadas revoluciones de color
(naranja, rosa, etc.), o las denominadas "primaveras árabes", que
tienen su expresión en naciones como Siria y Egipto.
En
la “fundación”, Jamila Raqib es directora ejecutiva y mano derecha de
Sharp, cuenta, además, con Robert "Bob" Helvey, un coronel retirado
del ejército de Estados Unidos, brazo operativo de la CIA.
II
El
manual “La política de la acción no violenta” de Gene Sharp, ha guiado desde
hace más de 15 años los pasos de la
CIA para desestabilizar y derrocar gobiernos “desafectos” al
imperio. Recomienda cinco pasos para instrumentar el "Golpe blando", y
evitar así la inmediata indignación internacional.
Sharp
sugiere para el golpe suave y disimulado, desarrollar cinco etapas: 1) ablandamiento,
2) deslegitimación, 3) calentamiento de calle, 4) combinación de diversas
formas de lucha y 5) fractura institucional.
Para
la CIA montar la
conspiración usa como “vitrina ideológica” la fundación Albert Einstein
Institution, que intermedia para el financiamiento, organización, propaganda y
demás recursos golpistas.
El
“golpe blando” fue exitoso en Paraguay y Honduras, pero fracasó en Venezuela,
Ecuador y Bolivia. Sin embargo, en estos casos, en que la CIA no ha tenido éxito,
insiste en la desestabilización.
La
obsesión de Washington con Cuba se mantiene, pero siempre se ha encontrado con el
fortificado muro de la unidad y organización del pueblo y sus dirigentes, desde
los CDR hasta el Movimiento de Pioneros.
Dentro
de las medidas aplicadas por la
CIA contra los gobiernos “enemigos” se destacan el desarrollo
de operaciones de guerra psicológica y acciones armadas desde dentro para obligar
a estos a tomar medidas represivas.
En
ese momento se impulsan las campañas de rumores entre fuerzas militares y
tratan de desmoralizar los organismos de seguridad, para crear un clima de ingobernabilidad
que obligue a dimitir al gobierno.
Si
fracasa, entonces el imperio prepara la intervención militar o el desarrollo de
una guerra civil, auspiciando el aislamiento internacional y el cerco económico,
como en Siria, pese a la oposición de Rusia y China.
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