Por ANULFO MATEO PÉREZ
I y II
La
reelección y el continuismo en la República Dominicana
han estado vinculados históricamente a regímenes que han conculcado los
derechos de sus ciudadanos. Esos gobiernos se dedicaron a saquear las arcas
públicas y a empeorar las condiciones de vida de los más pobres y de la clase
media.
Esos
desgobiernos, revolcados en corrupción y crímenes políticos, han sido rechazados
por generaciones que, en su momento, padecieron los rigores, por ejemplo, de la
gestión de Buenaventura Báez.
Igual
flagelación recibieron de Trujillo por 31 años y del dictador ilustrado Joaquín
Balaguer, cuyo dominio se extendió primero por 12 años, y luego de un receso de
ocho, por 10 años más de crímenes y corrupción.
El
PLD nos impuso a Leonel Fernández por tres períodos en que desgobernó y
profundizó los males del país, siguiendo los pasos de su mentor político, el
cortesano de la era de Trujillo, Joaquín Balaguer.
Esa
corporación peledeista, usando más de 40 mil millones de pesos de las finanzas
públicas y todo el poder del Estado, llevó al Palacio Nacional a Danilo Medina,
para darnos un período de la “España Boba”, con más de lo mismo.
Nos
sigue abrumando, al igual que en los gobiernos de Leonel Fernández, la pobreza
y el narcotráfico; nos abate la inseguridad, el desempleo y la corrupción,
analfabetismo y el hambre, entre otras miserias.
Ahora,
encuestas pagadas por los que siempre han favorecido la reelección de malos
gobiernos, falsean la realidad para que Danilo Medina continúe al frente del
Estado, y así esta terrible pesadilla.
Lo
que el país desea es salir de la corporación PLD y darse un gobierno que encamine
sus esfuerzos a enfrentar la pobreza, frenar la corrupción y llevar a la cárcel
a los que se han robado los recursos públicos.
II
II
Al
pueblo dominicano se le quiere empujar a una trampa, condicionándolo con falsas
encuestas. Pretenden crearle al elector el dilema de estar a favor o en contra
de la reelección presidencial; que siga Danilo Medina o que retorne Leonel
Fernández, como si se tratase de las únicas opciones.
Con
torpeza política se desea llevar la discusión al tema de quien gobernó peor, si
Leonel o Danilo, o limitarla a la conveniencia jurídica o no de cambiar el
texto constitucional respecto a la reelección presidencial.
Después
de tanto batallar contra la reelección y el continuismo, y sus efectos
deletéreos, desean retrotraernos al análisis histórico de lo acontecido durante
Horacio Vásquez y la dictadura de Trujillo.
La
discusión debe centrarse si es conveniente la reelección de este sistema
político y de una partidocracia corrompida y clases para las que gobiernan, o
un cambio a un sistema político que nos reivindique.
Esa
es la cuestión. Los grupos económico-sociales que heredaron el poder tras el
ajusticiamiento de Trujillo, en cada período se nutren de nuevos ricos, pero en
esencia son los mismos amos.
Sí.
Desde entonces y en esencia, vienen reeligiéndose los mismos verdugos; lo que
cambia en cada período de gobierno es la mano que sostiene el látigo. Y los
grandes males siguen acogotando a las mayorías.
Lo
pertinente es evitar la reelección de este sistema político, sus instituciones
y los grupos de poder que por igual han sumido a la mayoría del país en la
pobreza, imponiendo el caos y la corrupción más abyecta.
Las
opciones son continuar bajo el yugo o librarnos de él. El dilema es vivir
siempre bajo la dictadura de la partidocracia o andando otros caminos con
plenas libertades, justicia social y económica. De eso se trata.
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