Por ANULFO MATEO PÉREZ
Hace más de 20 años, expresé en una reunión de colegas que
la sociedad dominicana sería víctima de fuertes embates de conductas
psicopáticas; algunos me miraron con asombro.
Después, un psiquiatra —que estuvo presente en la reunión—
era víctima, junto a su esposa, psicóloga, de uno de los crímenes más
horripilantes del país. Ambos fueron asesinados a palos. ¿Quién los asesinó? Su hijo adoptivo, único heredero legal,
que luego dispuso fríamente de sus cuerpos para quemarlos en uno de los cañaverales
de la región Este del país. Las causas son multifactoriales: neuro-psico-biológicas y
condicionamientos económico-sociales y políticos.
Por un lado, el sistema capitalista estimula ignorancia,
individualismo, insolidaridad, hedonismo, codicia y criminalidad, entre otras
miserias.
Por el otro, el ser humano arrastra —desde su origen— esos
instintos y conductas, de los cuales aún no ha podido zafarse totalmente.
Representan la herencia de nuestros antepasados los
reptiles, mamíferos y primeros primates —hace unos 40 mil años— como han
sostenido Konrad Lorenz y otros etólogos.
En el cerebro límbico, ganglios basales y el complejo estrío
palidal, se origina la crueldad inútil de las torturas y vejaciones, vestigios
del cerebro reptílico.
Entonces, resulta fácil que el capitalismo condicione a
muchos seres humanos a una conducta primitiva, psicopática, brutal...
Los obispos analizan la crisis nacional y los abusos de
quienes gobiernan contra la sociedad.
Psiquiatras y psicólogos coinciden en que la conducta
psicopática tiene una causalidad neuro-psico-biológica, económica, social y
política.
¡Urge cambiar la sociedad para contrarrestar lo primitivo y
brutal de los seres humanos, estimulando sus inmensas potencialidades positivas!
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