Por ANULFO MATEO PÉREZ
Esta es la traducción al español de Predator, avión militar imperial no
tripulado que surca nuestro cielo en franca violación a la soberanía
nacional.
El nombre con el que fue “bautizado”, se ajusta a la
perfección en cuanto a las misiones de sus vuelos de inteligencia y
ataques militares.
Los drones representan uno de cada tres aviones militares en Estados
Unidos, sumando en su totalidad unos 7, 949, los cuales vuelan en zonas
de conflictos.
La República Dominicana está calificada como “almacén del
narcotráfico”, y ese es el más pueril pretexto para que el Predator nos
vigile desde las alturas, vulnerando la seguridad nacional.
El gran precursor de estos ingeniosos aparatos es Israel, por la labor
del ingeniero aeronáutico Alvin Ellis tras la guerra de Yom Kippur. Y en
EEUU lo es el señor de la guerra, Robert Gates.
Ese tipo de avión hace de las suyas en Irak, Afganistán, Somalia y
Pakistán, donde realiza incursiones para eliminar presuntos objetivos
militares de interés para el imperio.
Antes, en 2006, un dron fue usado por Israel en la Franja de Gaza,
durante la operación “Lluvia de verano”, ante la retención del soldado
de ese país Gilad Shalit, matando a más de 450 civiles.
El Predator tiene ahora una base militar en nuestro territorio, el
mismo que EEUU invadió militarmente dos veces en el siglo pasado.
Haití, Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua… pueden ser
vigilados y atacados por el Predator y éste retornar a su madriguera en
su “patio trasero”, República Dominicana.
Y para “legalizar” esa injerencia y humillación contra el país, el
canciller Carlos Morales Troncoso firmó un “convenio de cooperación” en
la sede de la Embajada de Gringolandia. Nefasta herencia deja el
gobernador de colonias, don Leonel Fernández.
21/Julio/2012.
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