Raíces Radio

martes, 26 de febrero de 2013

Verdades y sofismas



Por ANULFO MATEO PÉREZ

En este país del narcotráfico, el sicariato y la politiquería, donde la Constitución sigue siendo un pedazo de papel, existen obstáculos casi insalvables que impiden por el momento cambiar las injustas estructuras de dominación, las cuales están al servicio de unos pocos contra las mayorías.

Es cierto que esa minoría insaciable y rapaz miente, maniobra, corrompe, prevarica, usa los recursos del Estado en el ámbito legislativo, judicial y del ejecutivo, para su absoluto provecho individual y grupal.

También es verdad, que sujetos que constituyeron el contrapeso histórico de ser la “derecha de la izquierda”, ahora hacen galas de ser vulgares mercaderes de las ideas y sin ningún rubor actúan en plena luz del día para insuflar pesimismo y frustración a los que desean cambios verdaderos.

El deber es impedir que ellos, relevos de dictadores y tahúres de toda laya, siembren el pesimismo al pueblo dominicano, que según nuestro poeta nacional, ha sido y es “pateado como una adolescente en las caderas”.

Cuanta razón tenía Pablo Neruda, cuando, en un contracanto con Pedro Mir, gritó a todo pulmón que el dominicano, al rivalizar con otros pueblos, se sacó los premios en ese asunto de escoger pésimos gobiernos.

No obstante, el país tiene fuerzas telúricas en el orden ético-moral y social, dormidas en la subjetividad, las cuales entrarán más temprano que tarde en erupción para terminar con esta pesadilla. Entonces, y sólo entonces, pasaremos a ver con escalofrío de esperanzas “subir la luna sobre el sufrimiento”.

Ningún temor debe aprisionarnos. Ni una gota de pesimismo debe salpicarnos.

Apliquemos oídos sordos a los sofistas ilustres. Y no olvidemos las enseñanzas de Isaac Newton, hoy vox populi, todo lo que sube tiene que bajar.

6/Febrero/2010.

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