Raíces Radio

jueves, 12 de noviembre de 2020

Covid-19 y salud mental

 
Por ANULFO MATEO PEREZ

I

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reconocido que el número de personas expuestas a factores estresantes extremos es grande por el impacto de la pandemia de Covid-19, constituyendo un factor de riesgo para el desarrollo de problemas psicológicos y sociales.

Esta realidad ha cambiado la vida de las personas en cuanto a sus hábitos, creando incertidumbre, dificultades económicas, aislamiento social y temor a contraer la enfermedad, que en muchos casos es mortal.

Cada día se hace más compleja la situación, por el desconocimiento de cuándo terminará la pandemia y qué puede ocurrir en el futuro al afectar la vida de la gente en términos personales y colectivos.

El exceso de información recibida a través de los medios de comunicación y los rumores pueden hacer que las personas se sientan desconcertadas, presentando estrés, ansiedad, irritabilidad, miedo, tristeza y soledad.

Entre los grupos poblacionales más susceptibles a padecer síntomas psicológicos relacionados con el estrés producido por Covid-19, se hallan los dependientes de bebidas alcohólicas u otras sustancias adictivas.

De igual forma las personas que deambulan por las calles, sin techo o con movilidad reducida, con soledad no deseada; los impedidos de vínculos afectivos con los qué mantener una comunicación activa.

También los sujetos con escasos recursos personales para el entretenimiento o con baja capacidad o pobre acceso a la tecnología, así como los que tienen convivencia en entornos de riesgo, como es la violencia o el aislamiento.

Los individuos que tienen dificultad para comprender el estado de alarma y, por tanto, en riesgo de incumplir, como los menores de edad o sujetos dependientes de otras personas y los que están amenazados de perder su trabajo.

II

Los adultos mayores aislados, sobre todo si padecen algún deterioro cognitivo o demencial, pueden tornarse mucho más ansiosos, enojados, agitados, desorientados, irritables… los cuales deben recibir apoyo familiar o de sus tutores y profesionales de la salud mental.

Es útil explicarles con palabras sencillas lo que ocurre y la forma de reducir los riesgos de contraer el virus, acompañadas de mensajes positivos y tranquilizadores, para evita
r empeorar el estado de su salud mental.

Su entorno social debe tener en cuenta que, en personas envejecientes con enfermedades como la diabetes, cardiovasculares o terminales, exacerbadas por Covid-19, podría aumentar el riesgo de suicidio.

La exposición a Covid-19 podría convertirse en un factor de riesgo para pacientes diagnosticados con enfermedades mentales graves, por lo que la ansiedad pueda estar a niveles altos durante la pandemia.

Se pueden presentar síntomas del estrés postraumático, con agravamiento de los delirios y de las alucinaciones; si los demás lo evitan distanciándose, puede aumentar la paranoia en algunos pacientes.

El aburrimiento y la imposibilidad de estar vinculado a la rutina habitual de su vida, puede provocar que las personas desarrollen un mayor deseo de tomar bebidas alcohólicas, tabaco o drogas narcóticas.

Atrapadas en esta circunstancia pueden aparecer síntomas depresivos, como desesperanza, irritabilidad, cambios en el apetito y alteraciones del sueño, como el insomnio, pesadillas o despertares nocturnos.

Si se siente enfermo y le preocupa el Covid-19, consulte a un profesional de la salud mental antes de automedicarse; en tanto, evite los medios de noticias, respire profundo y suave, haga ejercicios de estiramiento, evite el consumo de alcohol y otras drogas.

jueves, 30 de julio de 2020

Insomnio y covid-19

Por ANULFO MATEO PÉREZ

La pandemia por coronavirus, que provoca un síndrome respiratorio agudo grave y la consiguiente medida de aislamiento social preventivo en muchos países, viene impactando la salud mental, al generar tensión familiar, ansiedad, depresión, miedo, angustia, ideas fijas, decaimiento, apatía e insomnio.

También induce al aumento o pérdida del apetito y de peso; fatiga prolongada durante el día; irritabilidad, toma de memoria breve de hechos recientes, torpeza para cálculos simples y el manejo de conflictos.

La incertidumbre social y económica exigen medidas sanitarias efectivas de parte de los organismos de salud; se debe potenciar la resiliencia, el crecimiento personal y buenas relaciones intrafamiliares.

El Estado debe procurar atención especial a grupos vulnerables, como los niños y adultos mayores, sobre todo si padecen hipertensión y/o diabetes, así como minimizar el impacto psicosocial del Covid-19.

Ante el embate de esta pandemia, el insomnio es uno de los síntomas más frecuentes y peligrosos, relacionado con la cantidad o la calidad del sueño y la dificultad en iniciarlo o en mantenerlo de forma regular.

Puede presentarse despertamiento precoz sin posibilidad de retornar al sueño, vinculado al distrés, que empeora la situación si existe una comorbilidad médica, como las enfermedades antes mencionadas.

Es importante para contrarrestar el insomnio, iniciar el sueño en la noche y despertarse a la misma hora en ambos casos; ejercicios en la mañana y/o al mediodía; echar a un lado las dificultades del día y no sobrevalorarlas.

Le ayudaría a dormir bien, practicar algo relajante antes de acostarse; un baño tibio; evitar el consumo de alcohol, cafeína, nicotina, bebidas energéticas, alimentos pesados y cuando se propone dormir recordar vivencias gratificantes.

Crisis e indolencia

Por ANULFO MATEO PÉREZ

La pandemia provocada por el coronavirus es una desgracia natural, potenciada por el capitalismo, que nos recuerda la peste negra o bubónica que afectó a Eurasia en el siglo XIV, alcanzando su punto máximo entre 1347 y 1353, cataclismo esperado por la crisis del sistema y el cambio climático del planeta.

Las grandes devastaciones propiciadas por la voracidad del capital, ha promovido el calentamiento global, inundaciones y sequías, degradando la naturaleza y la salud de la población más vulnerable.

Esta realidad no sólo afecta al mundo en términos de millones de muertes, dolencias somáticas y psicológicas, sino que obliga al distanciamiento, enclaustramiento y empeoramiento de las condiciones económicas.

La República Dominicana no es la excepción, agravadas sus condiciones materiales por el impacto del Covid-19, su velocidad y escala de contagio, ineptitud e indolencia del gobierno y la clase dominante.

Las funestas consecuencias son hoy evidentes, con más severidad en la población más desprotegida, mientras los que disfrutan del poder aprovechan para desvencijar el erario y hacer grandes negocios.

La campaña electoral y los comicios del pasado 5 de julio demostraron cómo la partidocracia y las estructuras de poder contribuyeron a expandir el contagio del Covid-19, sobre todo entre los más pobres.

Los medios de comunicación no son usados para educar ante esta calamidad natural, sino para la promoción política, defensa de intereses mezquinos en el orden personal y grupal de quienes se disputan el poder.

En este período de transición de mando, de Danilo a Luis, se inicián los “golpes de pecho” y la búsqueda de culpables en los pobres que reciben los embates del Covid-19, sometidos a precariedades e ignorancia.

¿Se profundizará la crisis?

No hay duda de que el capitalismo enfrenta una crisis estructural, desde el estallido de la burbuja de títulos inmobiliarios en los Estados Unidos en agosto de 2007, cuando se presentó la quiebra de Lehman Brothers Holdings Inc., compañía global de servicios financieros fundada en 1850.

La pandemia del Covid-19, ha venido a profundizar el deterioro del sistema económico en el mismo centro del capitalismo, como en su periferia, acelerando los problemas que se incubaron durante décadas.

República Dominicana, como otros países del Tercer Mundo, pasan por una crisis estructural que ha cambiado no sólo la realidad económica, sino las condiciones sociales y políticas. 

Pese a que la abstención electoral ronda el 50% en el pasado certamen, los que concurrieron a las urnas esta vez lo hicieron para castigar al oficialismo y su candidato Gonzalo Castillo, más que por Luis Abinader.

Situación muy distinta a las celebradas en 1962, cuando fue electo a la presidencia Juan Bosch, y Viriato Fiallo, que encarnaba el antitrujillismo más radical, fue dejado a un lado, para dar paso al primero.

Ahora, fueron castigados Danilo Medina, el PLD y su penco candidato, a favor de Abinader, con la condición de que inicie una “cruzada” contra los corruptos, los encarcele y recupere todo lo robado.

Muchos pensaban que el pueblo tomaría las calles para celebrar la derrota electoral del peledeismo y sus secuaces, sin embargo, no ha sido así, porque espera expectante, los pasos que dará el presidente electo.

Los que se abstuvieron de votar en las pasadas elecciones, así como los que concurrieron, irán a las calles a celebrar con gran entusiasmo o a protestar con energía, partiendo de la conducta del próximo gobierno.

¿Se reelegirá la podredumbre?

Por ANULFO MATEO PÉREZ

Este domingo se decide en las urnas quienes gobernarán por los próximos cuatro años, si la crisis por la que atraviesa la sociedad no se profundiza y desencadena fuerzas muy activas en su seno, que podrían quebrar la precaria estabilidad en que se desempeñan las superestructuras del Estado.

El desconcierto viene de lejos, cuando la partidocracia se encargó de violentar sus propias reglas, estructurando la cultura del ascenso socio-económico depredando los recursos públicos desde el poder.

Esa partidocracia promueve el juego de azar, narcotráfico, lavado de activos, mendicidad, asistencialismo politiquero, nominillas de “botellas” pagadas con el erario y canonjías a cambio de genuflexión política.

La campaña electoral terminó sin que se plantearan los más relevantes temas programáticos, en tanto los adversarios se restregaban los vínculos del narco con sus organizaciones políticas sustentantes.

Las encuestas dan como ganador a Luis Abinader, que recibe el apoyo no tanto por sus ofrecimientos, sino por el rechazo al gobierno y su candidato Gonzalo Castillo, ahogados por la corrupción y el caos.

Los electores van a las urnas hastiados de casi 20 años de gobiernos peledeistas, que han negado educación y oportunidades a la juventud, tratando de envilecerla con una subcultura hedonista.

Una buena parte de esos jóvenes han reaccionado movilizándose contra la corrupción y la impunidad, un gran reto para Abinader, si alcanza derrotar las trampas electorales oficialistas y llega al gobierno.

Si Gonzalo y Danilo son derrotados por el voto-castigo que favorecería a Luis Abinader, habrá que enfrentar la resistencia de los corruptos salientes y la de los entrantes, que aspiran a continuar su legado.

domingo, 28 de junio de 2020

El reto de Abinader

Por ANULFO MATEO PEREZ

El candidato presidencial del PRM y aliados, Luis Abinader, podría ser favorecido con el voto de la mayoría de los electores el próximo 5 de julio, y de ser así su gobierno se vería de inmediato ante el reto de múltiples demandas de un pueblo con sed de justicia en el orden social, político y económico.

Desde la fundación de la República, los dominicanos han librado luchas infatigables por la independencia plena, libertad y equidad contra pésimos gobiernos y una clase gobernante parasitaria e insaciable.

Expresiones contra dictaduras y corruptos impenitentes fue la elección de Juan Bosch a la Presidencia, 20 de diciembre de 1962; Insurrección de Manaclas, 28 de noviembre, de 1963, y Revolución de Abril, 1965.

El movimiento social recoge y encarna esos anhelos y se expresará en el futuro inmediato con más fuerza si se le niegan las demandas de más democracia, cárcel a los corruptos y recuperación de lo robado.

Sea Abinader el beneficiario del voto de castigo contra Danilo Medina y su peón Gonzalo Castillo, o se imponga el continuismo con fraude, la lucha contra la corrupción y la impunidad no se detendrá.

Los dominicanos de a pie y la clase media no resisten más las condiciones de extrema depauperación y el saqueo de los recursos públicos instrumentados por gobiernos de la partidocracia corrupta y corruptora.

De ser electo a la Presidencia, Abinader tendría que abrir un proceso de persecución de la corrupción peledeista y de otros colores, o enfrentar un fuerte movimiento social por un cambio radical verdadero.

Si el oficialismo se impone mediante las trampas acostumbradas y la fuerza del Estado, en este sistema del “toma y daca”, empujaría a la irrupción violenta del pueblo a las calles para darse su propia justicia.

domingo, 14 de junio de 2020

Racismo y la muerte de George Floyd


Por ANULFO MATEO PEREZ

I

La muerte del afroamericano George Floyd de mano de un policía blanco, el pasado 25 de mayo, ha provocado una repulsa mundial y grandes manifestaciones teñidas por la violencia desenfrenada entre multitudes y las fuerzas represivas en Estados Unidos y en otros países, hechos marcados por el racismo.

La muerte de Floyd ha despertado el interés respecto al tema de la discriminación racial, así como la relación entre el conflicto y la estructura de la sociedad en el mundo occidental, sobre todo en EE.UU.

Diversas opiniones han sido rastreadas hasta la época de los antiguos filósofos griegos. Se dice que el pensamiento social acentuó el consenso ante la contradicción como fuerza primaria de cohesión social.

Fueron teóricos como Carlos Marx, Simmel, Coser y Dahrendorf, quienes sentaron los cimientos de una nueva actitud. Marx, con su idea de la generación de conflicto en la sociedad industrial: trabajadores versus el capital.

Simmet, Dahrendorf y Coser, con sus análisis sobre funciones positivas y constructivas del conflicto, así como la diversidad de resoluciones, cuando sistemas sociales y el progreso son catalizadores del cambio.

Coser ha reconocido el problema de la inercia social en los procesos de esas contradicciones y de que, si no se consiguen acuerdos en un momento del conflicto, este podría desembocar en la muerte.

En 1954, Allport dijo que la más breve definición del prejuicio consiste en “pensar mal de los demás sin suficientes bases”. Opinó que el racismo blanco no es fácil de definir, y dudó si se trata de una “enfermedad”.

En 1969, Butts -un psiquiatra negro- define al racismo como la práctica de divulgar decisiones, estrategias o conductas con el propósito de subyugar o mantener el control sobre un grupo racial.

II

Algunos científicos sociales opinan que el racismo carece de una base psicológica firme y acentuando el papel de los factores sociales y de clase. En su opinión, muchos estadounidenses blancos tienen los estilos de vida de los ghettos negros, que fomentan la cultura del crimen, el abuso de drogas y la violencia.

El hecho de que las cifras de crímenes en su diversidad de características y homicidios en distintos grados sean muy elevadas en los vecindarios negros en Estados Unidos, da credibilidad a estos temores.

No obstante, tanto el gobierno estadounidense actual, así como los que le han antecedido, igual que la comunidad blanca, poco hacen para alivianar las condiciones que alimentan el crimen en esos sectores.

El racismo blanco está claramente asociado a factores históricos, culturales, socioeconómicos y psicológicos. Y para comprenderlo hay que considerarlo en toda su complejidad en esos términos.

La desigual formación de muchos psiquiatras, sobre todo en EE.UU, les hace difícil diferenciar entre una conducta desviante y anormal, de lo que es un comportamiento que responde a diferencias culturales.

Así, el prejuicio racial constituye un recurso utilizado con frecuencia, como en el caso de jóvenes negros que intentan hacer frente a la tensión del ghetto, al ser diagnosticados de trastorno de conducta.

Inducido por el sistema estadounidense de dominación, los psiquiatras, a causa de su desconfianza en el modelo de déficit, ven con frecuencia a los negros desde el punto de vista negativo y psicopatológico.

La muerte de George Floyd de manos de un policía blanco, se enmarca en estos prejuicios, pero en las últimas décadas las relaciones interraciales en EE.UU. y en la Psiquiatría han experimentado cambios importantes.

domingo, 7 de junio de 2020

Patria es humanidad

Por ANULFO MATEO PEREZ

Hasta el 3 de junio 2020, más de 6,3 millones de personas han sido afectadas por la pandemia de Covid-19 en más de 213 países, resultando el mayor impacto en Estados Unidos, Brasil, Rusia, Reino Unido y España con el más elevado número de infectados; más de 380 mil muertes, sin que aún se haya logrado una vacuna.

Los países con mayor cantidad de fallecidos son Estados Unidos, Reino Unido, Italia, Brasil y Francia, detonando la crisis mundial más grande de la historia desde la Gran Depresión (1929) y la Gran Recesión (2008).

La pandemia por el coronavirus ha impactado la salud psico-somática a nivel global, dejando sentir las profundas desigualdades y el carácter expoliador y putrefacto de un capitalismo decadente.

Recuerdo la frase del Apóstol de la Independencia de Cuba, José Martí, cuando dijo que “Patria es Humanidad”, por lo que manifestó no se defendiera a “monarquías inútiles” o “políticas descaradas”.

El pensamiento de Martí y el sólido legado revolucionario de Fidel Castro han guiado y guían a miles de cooperantes cubanos a ofrecer la solidaridad a otros pueblos necesitados de ayuda.

La conocida frase martiana «Honrar, honra», se haría realidad si se otorgara el Premio Nobel de la Paz a las fraternales brigadas médicas cubanas que combaten el Covid-19 en África, América Latina, Asia y Europa.

El Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias Henry Reeve de Cuba, debe recibir tan merecido premio por su dedicación sin límites en otras latitudes.

Es oportuno, además, expresar la solidaridad a Cuba frente al abusivo bloqueo económico, comercial y financiero, así como por el hostigamiento diplomático exhibido por la administración de Donald Trump.

martes, 28 de abril de 2020

La frialdad del sociópata


Por ANULFO MATEO PEREZ

En la dinámica de la lucha de clases, el desarrollo de liderazgos y la concentración de poder político, vemos enseñorearse a personajes portadores de las distintas modalidades clínicas del trastorno de personalidad, entre ellos el sociopático, quienes han logrado puestos relevantes en la sociedad.

Para estos sujetos, la gratificación narcisista es la que guía su comportamiento; dos de sus armas son la simulación y la intimidación, mostrándose gélidamente indiferentes ante el sufrimiento de los demás.

Estos siniestros personajes logran el control de su entorno; llegan a la cima de las instituciones; violan normas de convivencia para ampliar su poder, y lastiman a los que no se someten a sus perversos deseos.  

Cuando el sociópata ingresa a la política y logra ascender, concentra todo el poder en sus manos, reducen a la sociedad a sus propósitos más perversos, cerrándole los más vitales espacios democráticos. 

En estas aciagas circunstancias de pandemia de Covid-19, los sociópatas se regodean desde el poder adquirido para saquear los recursos públicos, sin importarles las funestas consecuencias de su conducta.

Nada debe sorprendernos de estos sujetos desalmados, porque se caracterizan por la falta de empatía y de sentimientos de culpa, así como por el egocentrismo, impulsividad, tendencia a la mentira y al chantaje.

La indiferencia al sufrimiento de los demás le permite manipular y someter a otras personas sin remordimiento ni culpa, como ocurre sobre todo en la política; son hedonistas y temen al castigo.

Pero, además, disfrutan dañar a los débiles; son egocéntricos e impulsivos; es visible su pobreza emocional y su conducta delictiva; no aprenden de la experiencia y corona su conducta la promiscuidad sexual.

domingo, 12 de abril de 2020

El sociópata y la política

Por ANULFO MATEO PEREZ

Es aceptado por los expertos en el tema, que los factores neurobiológicos están asociados al trastorno de personalidad antisocial, centrándose en la identificación de las estructuras neuroanatómicas implicadas, así como en el funcionamiento neurofisiológico que se altera en el portador de esa condición.

La sociopatía se expresa en gente “subyugadora”; va desde el sujeto común hasta el de alto nivel intelectual; busca constituirse en líder para tener poder y control; no respeta los derechos de los demás.

Para él o ella, los otros son “cosas”; el sociópata siempre trabaja para sí mismo, aunque diga todo lo contrario; entiende que los demás son meros instrumentos; carece de sensibilidad de la empatía.

Jamás logra ponerse en el lugar del otro, y cuando se constituye en líder político reafirma estas características, logrando que todos estén a su servicio; utilizan el dinero como un elemento de presión.

Es muy difícil entrar en su cabeza, porque tiene una lógica irracional. La bandera que utiliza siempre es supra personal, como los líderes religiosos psicópatas, que apelan siempre a la salvación del más allá.

El sociópata ofrece el hombre nuevo, el proyecto nacional, la liberación, la raza superior, la Nación, la patria; necesita buscar un enemigo, para aglutinar; no se adapta a la tranquilidad, a la paz, al sosiego.

Su estructura mental no cambia. Necesita la crisis; ser reconocido como salvador; en la paz, él no tiene papel; no la soporta, por eso las sociedades lideradas por políticos de este tipo viven de crisis en crisis.


El talón de Aquiles del sociópata es la frustración de sus planes; cuando apuesta por un proyecto, pone todo en él y si no le sale bien, entonces se desorganiza, hace tonterías y termina perdiendo el poder.

Pandemia y lucha de clases

Por ANULFO MATEO PEREZ

Mientras el secretario general de la ONU, António Guterres, insta al mundo a la unidad para enfrentar con éxito la pandemia de Covid-19, se impone la lucha de intereses sobre la solidaridad, y la fuerza del capital sobre los más necesitados, frágiles y desamparados ante esta tragedia.

Aunque el Covid-19 no discrimina, porque puede incubarse con sus nefastas consecuencias en ricos y pobres, explotadores y explotados, blancos, negros, amarillos…, los más perjudicados serán los de abajo.

Por más que se escuchen gritos lastimeros e hipócritas de la derecha política, empresarios, religiosos… cuando se refieren a las condiciones por las que atraviesa la humanidad, la lucha de clases no cesará.

Y es que los dueños del mundo no están preocupados por los seres humanos que sucumben ante la crisis sanitaria, sino que en el fondo su mayor desazón es la repercusión de la misma sobre la economía.

Su desvelo es por la baja en la producción y transacciones comerciales; cuarentena de trabajadores a nivel global; “ausentismo” laboral e inversión económica en el precario asistencialismo a los más pobres.

No sólo se impone negligencia e incapacidad de los gobiernos para manejar la pandemia que nos azota, sino que ante la desgracia prevalecen los intereses de quienes tienen el control político y económico.

Ejemplo al canto: Mister Trump ha minimizado la crisis en su país, que sólo en Nueva York cuenta unos 100 mil contagiados y más de 2,500 decesos, en tanto prioriza hostigar a Venezuela.


Nuestra realidad no es diferente; el Gobierno aprovecha la pandemia de Covid-19 para sacar capital político electoral y sus más allegados hacer grandes negocios ante el sufrimiento de los dominicanos.

Cien cuentos en 40 días

La pandemia de covid-19 no es la primera ni la última de las pruebas que ha padecido y tendrá que enfrentar la humanidad para sobrevivir ante su práctica autodestructiva, en su irracional egoísmo, inoculado hoy por el capitalismo salvaje, como ocurrió antes en la despiadada sociedad feudal.

En el siglo XIV, entre 1347 y 1353, la peste negra (Black Death) afectó dramáticamente a Euroasia, matando a un tercio de su población; pandemia transmitida a través de la bacteria conocida como Yersinia Pestis.

Una epidemia que conmovió a Inglaterra fue la peste bubónica, la cual se concentró sobre todo en Londres. En el pueblito de Eyam en Derbyshire, los aldeanos se autoimpusieron una cuarentena entre un año y 14 meses.

El confinamiento en Eyam fue un éxito, sin embargo, antes de la medida la enfermedad provocó la muerte del 75% de su población. La epidemia mató entre 70,000 y 100,000 personas en toda Inglaterra.

Estas pandemias nos hacen recordar a Giovanni Boccaccio, quien vivió de 1313 a 1375; se le considera el primer renacentista, al estimarse a Decamerón el triunfo irrefutable de la literatura profana.

Decameron (significa 10 días) fue un golpe literario sobre el pesado yugo de la opresión eclesiástica de su época, durante los cuales se narraron 100 cuentos que contenían crítica a la sociedad medieval.

En ese momento, el escritor y humanista italiano recrea en Decameron la corrupción del clero y el cisma de occidente, coincidiendo con la peste que asoló a Europa, Asia y África, y que en 1348 atacó a Florencia.


Boccaccio, frente a la población aterrada, provoca que esta ría a carcajadas al escuchar las narraciones de los curas corrompidos y los maridos cornudos. Ante el covid-19, urge la edición y lectura de nuestro Decameron.

Impacto psicosocial de Covid-19

Por ANULFO MATEO PEREZ

Desde el ámbito de la salud mental, la pandemia de coronavirus y su impacto implica una perturbación psicosocial que podría sobrepasar la capacidad de manejo o abordaje, en lo individual, familiar y macrosocial, provocando ansiedad, miedo, angustia, tristeza, insomnio, malhumor o pánico.

El cuadro clínico se acompaña de cambios en el funcionamiento somático, como palpitaciones, tensión muscular, temblores, sensación de “vacío en el estómago”, opresión precordial, entre otras molestias.

Estas reacciones podrían ser transitorias o mucho más permanentes, que actúan como mecanismos de defensa que alertan y preparan para enfrentarse a situaciones traumáticas, que podrían lograr estabilidad.

Prepara a los afectados para la tolerancia a la frustración y la esperanza de superación de dificultades, pero si no logran capacidad para la adaptación, entonces generan crisis, rompiendo el equilibrio.

Esto puede suceder en situaciones extremas, que vulneran las defensas psicológicas de manera brusca, como sucede con el impacto del Covid-19 en china, Italia o España, donde las situaciones han sido extremas.

En estos casos aparecen reacciones psicosomáticas que ya no son protectoras, sino que conducen a ciertas alteraciones emocionales de gravedad y en algunos casos a verdaderas enfermedades mentales.

Se podría presentar una conmoción mayor si por falta de controles efectivos la pandemia hace estragos en nuestro país, amenazando la vida de las personas, lo que implicaría situaciones muy prolongadas de estrés.


Por todo ello, es que el Ministerio de Salud, el SNS y la Dirección General de Salud Mental deben estar preparados para intervenir en poblaciones afectadas por registros de casos de Covid-19, y así evitar el pánico colectivo.

Crisis e incertidumbre

Por ANULFO MATEO PEREZ

La República Dominicana pasa por una tensa situación, con tendencia a empeorar ante una nueva crisis del capitalismo mundial, dados los factores económicos, sociales y políticos complejos que terminarían amenazando el sistema de dominación, pese a los cambios cosméticos resultados de estas elecciones de 2020.

Podría tratarse de una crisis orgánica, estructural, de régimen, de hegemonía o todos esos aspectos a la vez, cuando las instituciones han perdido la credibilidad y formal legitimidad ante la sociedad.

¿Estamos seguros de que se avizora una solución a la crisis cuando sean celebradas las elecciones generales en 2020, cuyos protagonistas son casi una réplica en términos políticos e ideológicos?

La grave crisis económica que se avizora en el capitalismo, y en particular en el país, con una deuda externa impagable que atrapa más del 50 por ciento de su PIB, se podría desembocar en una crisis de hegemonía.

Podríamos considerar que de mantenerse en progreso la tendencia actual, la situación desembocaría en una crisis orgánica, que como decía Antonio Gramcsi afecta al conjunto de las relaciones sociales.

Por supuesto, el estallido de la misma requiere de confluencia e interacción de la crisis de acumulación, política e ideológica con agudización de los choques entre clases y entre sus mismas fracciones internas.

Las preocupaciones del Departamento de Estado del imperio frente a la actual crisis en nuestro país, son debidas precisamente a que esta tiene las implicaciones antes descrita y no hay relevo para sofocarla.


La incertidumbre económica y política se acentúa a cada paso, y se reactivan nuevamente en las calles las “mareas” humanas contra la corrupción, la impunidad, así como contra los responsables de la crisis actual.

Pueblo y verdugos

Por ANULFO MATEO PEREZ

El próximo domingo volverá el peregrinaje hacia los centros electorales para votar en unos comicios convocados en todo el territorio nacional, repitiendo un ejercicio que procura más que votar a favor de candidatos idóneos, será simplemente contra los que están dirigiendo los ayuntamientos o pretenden hacerlo.

Los más ingenuos dispuestos a elegir a “los menos malos”, en un mar de dudas y angustias… para terminar decepcionados cuando los candidatos electos inicien sus gestiones edilicias y pasen a ser más de lo mismo.

Estamos ante votantes bajo ensoñación “color de rosa” y de espanto, en tanto la partidocracia y sus leyes electorales intentan imponer la validación de un sistema político en avanzado estado de putrefacción.

Un certamen tutelado por el imperio, donde se impone el poder del Estado, del dinero, de la manipulación e intimidación, clientelismo… en pocas palabras, de la trampa…, mecanismos espurios que deciden quienes serán electos.

Los electores no sufragarán por programas, sino por candidatos (la mayoría de la fauna politiquera), que simulan ser adalides de la democracia, pero en realidad no son más que continuadores o relevos de lo podrido.

En esa llamada "fiesta de la democracia" (¿o desorden de la pseudo democracia? participan partidos políticos que se califican a sí mismos democráticos y revolucionarios, pero se abrazan a otros vinculados históricamente a la represión, al crimen político, al bajo mundo y a la corrupción de Estado.

A ese revoltijo nauseabundo le llaman “alianza táctica”, que luego se convierte en alianza estratégica para evitar los cambios que exigen los sufragantes, mareados por la propaganda de la partidocracia.


Frente a esa amalgama de conservadores, liberales y revolucionarios también le llaman eufemísticamente “unidad en la diversidad”, que sirve de retranca a la decantación necesaria entre pueblo y verdugos.

Un gobierno desconcertado

Por ANULFO MATEO PEREZ 

La crisis política por la que atraviesa el país, tras el tollo electoral provocado por las maniobras fraudulentas del gobierno, podría atenuarse si el Presidente “estratega” entiende que su mandato ya termina y que no hay forma de seguir en el poder a través de testaferros involucrados en la corrupción.

La suspensión de los comicios municipales del pasado 16 de febrero se convirtió en el detonante de protestas masivas de miles de jóvenes, que han llegado al hartazgo por el caos creado por el gobierno.

En respuesta, el montaje del “Trabucazo 2020” de nuestros jóvenes el pasado jueves en la Plaza de la Bandera, ha demostrado que los aportes de Marcha Verde, ahora vestida de negro, sigue dando buenos frutos.

La juventud se rebela contra este sistema, porque les ha robado el futuro a generaciones y ahora pretende hacer lo mismo con ella, consciente, además, de que debe irse decantado de la partidocracia.

Y ante esa realidad, el Gobierno insiste en mentir respecto a lo ocurrido el 16 de febrero; echarle el “muerto” a sus peones de la JCE, dejando la necropsia a la OEA, la que avaló la ocupación militar yanqui en 1965.

La debacle de este gobierno era previsible desde la reelección de Danilo Medina, que previo a su primer mandato incumplió con promesas de campaña, como fue la de terminar con la corrupción y la impunidad.

La situación se le ha empeorado por su conexión con el sonado caso Odebrecht, que le acorrala a él y a sus colaboradores en distintos estamentos del Estado, quienes mediante sobornos cobraron sumas millonarias.


Ahora se suman a la crisis, los ominosos planes de Danilo Medina y su grupo, dirigidos a perpetuarse en el poder, en un momento de profunda descomposición estructural del sistema y su partidocracia corrupta.

sábado, 15 de febrero de 2020

Impacto de la violencia


Por ANULFO MATEO PEREZ

I

La violencia continúa siendo un fenómeno preocupante en la sociedad; su estudio es hoy una prioridad en todo el planeta, y en los foros internacionales se dan cita los más renombrados profesionales de la conducta humana 
preocupados por analizar sus causas, la repercusión micro y macrosocial.

Este fenómeno es multifactorial: económico, social y político. Cuentan el analfabetismo, gran desempleo, insalubridad física y mental, así como discriminación y xenofobia (inequidad de género y racismo).

La violencia repunta cuando se presentan crisis económicas y/o política, inexistencia de un régimen de consecuencia, conculcación de los derechos políticos, marginalidad social y económica, entre otros.

Desde otra óptica, hay que considerar que la violencia es una expresión de la agresividad innata del ser humano y de los animales inferiores, por lo que el desarrollo psicosocial del infante es de cuidar con esmero.

El país ha sido estremecido por actos de violencia con escalamiento de viviendas y pérdida de vidas humanas, como en el caso de la ejecutiva bancaria Julissa Margarita Campos Hernández, de 43 años de edad.

Las instituciones que deben velar por la seguridad ciudadana, el bienestar de la colectividad, justicia y la paz están podridas, propio de un país neo-colonizado, con un capitalismo atrasado y dependiente.

El abuso de padres, tutores o extraños contra niños y adolescentes en el ámbito del hogar o fuera de él son cada vez más frecuentes y abominables, como ocurrió con Yaneisy Rodríguez, de cuatro años, en Santiago.

Una nación convulsa como la nuestra, clama por cambios estructurales verdaderos, es decir, desplazar este injusto y caótico sistema político por otro que permita superar los males que corroen el tejido social.

II

¿Las personas violentas nacen o se hacen? La pregunta es pertinente si tenemos en cuenta que en otras sociedades, que a diferencia de las del Tercer Mundo son desarrolladas y donde existen excelentes estándares de vida, también la violencia se expresa de forma incontrolable y preocupante.

Sabemos de suicidios colectivos de jóvenes de clase media en Japón; homicidios por motivos pasionales en España; jóvenes que cazan con fusiles automáticos a niños y profesores en centros escolares en  EE.UU.

En culturas y realidades económicas diferentes a la nuestra también se expresa la violencia, donde al menos el flagelo del hambre, el desempleo, el analfabetismo y la exclusión no tienen los niveles del Tercer Mundo.

La violencia tiene su origen, además de los factores económicos, políticos y sociales, reitero, en la agresividad innata del ser humano y el aprendizaje que se hace de ella desde la niñez, sobre todo en el hogar.

Los expertos coinciden en que la educación integral basada en la expresión de cariño y la corrección de conductas agresivas en los niños, es parte de la “regla de oro” en la prevención de la violencia.

La adecuada socialización del niño es clave para su conducta amigable en la adultez, recordando que hasta los dos años se registra el pico más alto de comportamientos agresivos de baja intensidad.

Con la socialización sistematizada se va inhibiendo la violencia del infante, a medida que va desarrollando conductas alternativas para conseguir sus objetivos relacionados con sus necesidades primarias.

Pero existen entre un 5 y un 10 por ciento de menores, que por motivos personales o sociales, no consiguen inhibir esta conducta y se convierten en violentos, llenando las crónicas rojas de los diarios.

III

El experto en el estudio de la conducta humana, José Sanmartín, señala en uno de sus estudios que en los casos “de violencia de alta intensidad, como son niños que matan a otros niños, siempre aparecen dos constantes: tienen una situación familiar mala y son menores excluidos del mundo y de sus compañeros”.

El investigador español indica que la exclusión social multiplica por cuatro el riesgo de violencia, y la falta de cariño y corrección en las conductas inadecuadas de los niños permite la expresión de violencia.

La negligencia de padres en el cuidado de los hijos, la falta de “modelos masculinos positivos” y el incremento del maltrato infantil son tres de los factores que inciden en la violencia juvenil, y luego en la adultez.

Esos conceptos son compartidos por los más dedicados investigadores de la conducta humana, como es el caso de Kathleen Heide, profesora de Criminología de la Universidad del Sur de Florida, EE.UU.

Dice que ahora es “más fácil” que niños se críen sin “una supervisión o una guía paternal” por el incremento de familias monoparentales, asumiendo las escuelas enseñar a los niños cómo actuar ante un conflicto.

Pero cuando se da la ausencia de una figura paterna, o de un modelo de su mismo sexo, es más probable que los jóvenes exageren su pretendida masculinidad en actos de machismo frente a los demás.

En la sociedad actual se han producido cambios en la estructura familiar: trabajo de ambos padres, divorcios o madres solteras que han disminuido el cuidado de los niños, aumentando el riesgo de conductas violentas.

Martín Teicher, especialista en neurobiología, asume la tesis de que el maltrato infantil “desencadena  una cascada de procesos moleculares”, que pueden provocar un incremento de la agresividad.

Colofón

No debemos desdeñar ningún factor que genere violencia; es necesario tener en cuenta nuestra condición de país con estructuras económicas y superestructuras propias de un país capitalista atrasado y dependiente, con múltiples problemas en el orden económico-social, político y ético-moral.

La sociedad dominicana esta acicateada por la exclusión de género, y grandes contingentes humanos la sufren en el plano económico; más de la mitad de la población vive por debajo de la línea de pobreza.

Pero además, las políticas económico-sociales de los gobiernos que han asumido la dirección de nuestro país han generado un alto porcentaje de desempleo, analfabetismo; insalubridad, delincuencia e inseguridad.

El Estado y sus representantes continúan modelando un comportamiento caracterizado por la corrupción, exclusión social, la opulencia de los de arriba y el abuso de todo tipo contra los de abajo.

Pese a los instrumentos jurídicos, políticos y programas oficiales para el bienestar de la población en países con niveles de mayor desarrollo, también persisten normas sociales y culturales que inciden en este flagelo.

Es impostergable el fortalecimiento de las capacidades y espacios para la protección integral de niños, niñas y adolescentes, con la visibilidad y la prevención de diversos tipos de violencia, incluida la de género.

Es  muy importante promover patrones de crianza positivos y paternidad responsable, atención de calidad a la primera infancia, desarrollo y participación adolescente, prevención de este fenómeno en ámbitos escolares.

Para disminuir de forma significativa la violencia multifactorial en la República Dominicana, es necesario cambiar este modelo económico, social y político pervertido, generador de estos males que nos abaten.