Por
ANULFO MATEO PÉREZ
La
derecha latinoamericana continúa en auge con la destitución de la presidenta Dilma
Rousseff en Brasil y la movilización de sus adeptos el pasado jueves en
Venezuela contra la estabilidad del gobierno de Nicolás Maduro, donde en uno y
otro hecho es inocultable la mano peluda del imperio estadounidense.
Les
anteceden los fallidos golpes de Estado contra Hugo Chávez en Venezuela
(2002) y Rafael Correa en Ecuador (2010); exitosos, contra Manuel Zelaya
en Honduras (2009) y Fernando Lugo en Paraguay (2012).
El
golpe de Estado militar ha sido sustituido por el “golpe blando”, que consiste
en derrocar gobiernos democráticos mediante técnicas “suaves”, falsamente
institucionales, y guerra mediática a gran escala.
El
“golpe de Estado blando” fue cuidadosamente elaborado por los Think tanks (tanques pensantes) estadounidenses, entre ellos el destacado
politólogo Gene Sharp, al servicio de la CIA durante largos años.
La
técnica consiste en cabalgamiento de conflictos y denuncias de corrupción a
través de los medios corporativos; promoción del desabastecimiento y la criminalidad,
el descontento, y la manipulación del dólar.
De
eso se trató el 'impeachement' auspiciado por EE.UU. y el "golpe de Estado
blando” contra la presidenta brasileña Dilma Rousseff, y las conspiraciones
contra el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela.
Estados
Unidos mediante “golpes cruentos” derrocó a Jacobo Árbenz en Guatemala; Juan
Bosch en nuestro país; a Salvador Allende en Chile; asesinó a Jaime Roldós en
Ecuador y a Omar Torrijos en Panamá.
Antes
había instalado la dictadura de Trujillo en nuestra patria; la de Juan Vicente
Gómez en Venezuela; a Carlos Castillo Armas en Guatemala; Batista en Cuba; Duvalier
en Haití, entre otros conocidos verdugos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario