Por
ANULFO MATEO PÉREZ
El
concepto aprobado el 22 de julio de 1946, entró en vigor el 7 de abril de 1948
sin que se haya modificado, lo que significa que debe ser la guía obligada para
los Estados firmantes y sus modelos de salud.
Pero
resulta que en muchos países como el nuestro, esa triste realidad está
absolutamente divorciada de ese mandato, al regir obsoletos modelos sanitarios
y los recursos que invierten son insuficientes.
La
precariedad con la que se desenvuelve la Salud Pública ha
permitido que los servicios médicos privados se hayan desarrollado, sólo para
los sectores de la sociedad con mayores ingresos económicos.
El
“bienestar físico, mental y social” de la resolución de la OMS va más allá de una simple interpretación;
en verdad se refiere a un sistema político, económico y social inclusivo, no al
nuestro que lo niega.
Cuando
el Colegio Médico Dominicano (CMD) enarbola las reivindicaciones para el sector
ante el gobierno, está poniendo el dedo en la llaga porque está planteando una
revolución en la salud y en la sociedad.
Panasalud no debe olvidar que hace sus justos reclamos a un gobierno neoliberal, cuyo
norte es privatizar no sólo la salud, sino servicios públicos como educación,
energía, transporte, agua potable, entre otros.
Para
vencer la tozudez del gobierno ante la demanda de un 5 % del PIB para la salud,
mejorar el salario a los servidores del sector y adoptar un sistema incluyente, médicos, enfermeras, bioanalistas, psicólogos, entre otros, tendrán que realizar titánicos esfuerzos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario