Por ANULFO MATEO PÉREZ
El fundamentalismo económico de corte neoliberal es la base del accionar del PLD, desde que Joaquín Balaguer le entregara el poder en 1996 a Leonel Fernández, afianzándose en el gobierno de Danilo Medina, que mantiene bajas inversiones públicas, por ejemplo, en la seguridad social y en la educación.
De forma muy sutil han ido privatizando esos servicios vitales, a tal punto que las empresas dedicadas a la enseñanza y al renglón de la salud se han convertido en negocios muy próspero para sus inversionistas.
Nada ha inventado el PLD, sino que se trata de la “concupiscencia” de sus gobiernos al programa del Consenso de Washington, que elaboró la pauta de privatizar los servicios que debe proveer el Estado.
Así se ha venido a repetir en el país, como en otros, privatizar la recaudación de los aportes a la seguridad social, la pírrica inversión del gasto público en salud y educación, uno de los más bajos de América Latina.
El fundamentalismo neoliberal es la savia que nutre la tozudez del gobierno de Danilo Medina ante los reclamos de Panasalud, que entiende como urgente poner fin al caos que prevalece en todo el sistema.
Como respuesta, los médicos han recibido la amenaza de incrementarles el horario de un trabajo mal remunerado, afirmar el desorden institucional, la baja inversión y pésimos servicios a la población.
El gobierno ha preferido estimular la traición en los gremios, para quebrar el movimiento que reclama el 5% del PIB para el sector salud, la elevación sustancial del salario y otorgar pensiones dignas.
Y como de costumbre, los esquiroles enquistados en la dirección de algunas organizaciones niegan a su clase y agremiados, a cambio de migajas de un gobierno que chantajea, miente y abusa de los trabajadores.
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