La
descomposición social y política que apreciamos en la República Dominicana
es el resultado de una construcción histórica por donde la han conducido los
politiqueros, acelerando las crisis recurrentes de este injusto y anacrónico
sistema capitalista, en su versión atrasada y dependiente.
Se
trata del agotamiento de los modelos económicos del sistema, que han sumido al
país en el atolladero, como testimonio de que este capitalismo y esta falsa democracia
no dan “pie con bola” en su eterno valladar.
Esta
realidad encaja en la frase elaborada juiciosamente por Federico Engels, en
cuanto a que estas manifestaciones del sistema capitalista son en resumidas
cuentas resultados de sus propias incoherencias.
Es
decir, una confesión de que esta sociedad se ha enredado consigo misma en una
contradicción insoluble, se ha dividido en antagonismos irreconciliables, que
ella es impotente para conjurar.
Y
tan grave es el deterioro del sistema, y como reflejo de la gravedad de su
crisis, que el Estado no ha podido contener en lo más mínimo los antagonismos
de las mafias con intereses económicos y políticos en pugna.
Esos
grupos se devoran a sí mismos, envilecen a importantes sectores de la sociedad
en una lucha estéril, en descomunal desorden, mucha corrupción, ilimitada
impunidad, violencia e inseguridad ciudadana.
Cuando
la JCE y el TSE
asumen las órdenes del Gobierno contra sus opositores, reflejan de esa manera su
putrefacción; legalizan y afianzan la dictadura constitucional, y auspician así
el reeleccionismo.
Hace
falta cambiar esta triste realidad; romper el cerco tendido desde hace décadas
por las corporaciones políticas mafiosas, y abrir las vías para luchar por cambios
profundos que con anhelo demanda la sociedad.
MUY BUENO. TE CUADRASTE A LA IZQUIERDA Y LA BOTASTE POR EL RIGH
ResponderEliminarGracias Narciso. Un abrazo.
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