Por ANULFO MATEO PÉREZ
El
equipo de asesores del presidente Danilo Medina tiene un gran reto profesional
al proponerse revertir el proceso de deterioro progresivo de su imagen,
iniciado cuando se advirtió que en definitiva muy poco lo separa de las
andanzas de su predecesor y compañero de partido, Leonel Fernández.
Aunque
las apetencias de poder se hayan mostrado en el último tramo de su mandato, es
evidente que todo lo dicho y hecho desde la Presidencia ha estado
dirigido al continuismo, como hicieron otros mandatarios.
La
presunta simpatía popular de Medina, resultado del marketing político, más que
de sus insatisfactorias ejecutorias de gobierno, se comenzó a desplomar
estrepitosamente al “enseñar las uñas” reeleccionistas.
Al
paso del tiempo que le queda en el Palacio Nacional, su caída tomará mayor
velocidad, cuando se desboquen los caballos en el uso de los recursos del
Estado a favor del continuismo de su mala gestión.
El
encantador de serpientes ha ido perdiendo sus facultades y es aconsejable para
su protección, que elimine los colmillos, glándulas de veneno, o cosa la boca
de la cobra cuando se proponga tocar el pungi.
Y
como se ha puesto de moda citar la
Biblia en los discursos, recuerdo que uno de los primeros
registros de encantadores de serpientes, los cuales están en peligro de
extinción, aparece en el Salmo (58:3-5):
"…los
mentirosos se pierden tan pronto como nacen. Su veneno es como el de una
serpiente, como el de una serpiente sorda que no oye, que no responde a los
magos, o a un experto encantador de serpientes".
El
conteo regresivo al 2016, llenará de angustia a los reeleccionistas, si la
oposición logra la unidad e interpreta el desencanto de una buena parte de los
dominicanos, que desean despertar de la pesadilla morada.
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