Raíces Radio

domingo, 9 de junio de 2013

Un montón de gente

Por ANULFO MATEO PÉREZ

Puede parecer una necedad insistir en el tema de la corrupción, pero no debemos evadirlo porque es un fenómeno que impacta negativamente la cultura y las bases del desarrollo de la nación dominicana.

La corrupción y descomposición moral en las instituciones del Estado se han expandido tanto en amplitud y profundidad, que no se detiene en la puerta de ningún despacho oficial. 

Desde el Legislativo, Ejecutivo y Judicial se prevarica y participa en el cohecho. Los tres poderes del Estado en que se sostiene la República y el sistema político están carcomidos hasta la médula. 

Los politiqueros que han pasado por el poder y los que dirigen en la actualidad las instituciones públicas han convertido a la República en territorio del hampa, en un lupanar de la peor especie.
 
La Constitución, leyes, poderes del Estado y el sistema político más que realidad son una ficción. Nos vamos convirtiendo en un montón de gente que ocupa un territorio, donde prevalece el caos.

Y como decía Aristóteles, “un montón de gente no es una república”. Para considerarse como tal, debe estar regida por la Carta Magna, las leyes y un sistema institucional independiente de los vaivenes políticos.

La república es incompatible con tiranías y monarquía; se fundamenta en el "imperio de la ley" y no en el "imperio de los hombres", donde gobernados y gobernantes están, por igual, supeditados a su Constitución. 

Todo está distorsionado porque el pueblo ha perdido la soberanía y se prescinde de la idoneidad, como indispensable condición de acceso a los cargos públicos.

Se puede afirmar sin ambages, que los últimos aprestos politiqueros para concentrar todos los poderes del Estado en el Ejecutivo de turno, son propios de las tiranías y monarquías, no de la república.    

21/01/2012

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