Raíces Radio

domingo, 3 de junio de 2018

Una buena memoria

Por ANULFO MATEO PÉREZ

I

Las investigaciones más acabadas y de más bagaje científico determinan que la memoria y la inteligencia se complementan mutuamente para garantizar el rendimiento intelectual; así como hay correspondencia entre ambas, también existe entre la atención y el fenómeno mnésico (de la conciencia).

Una alteración en la atención tendrá una repercusión desfavorable en el proceso que permite una adecuada fijación de la información y evocación de los recuerdos, lo que exige un nivel óptimo de la conciencia.

Esta última es la expresión más alta del desarrollo integral de la materia viviente y que como un todo, junto a la orientación (en tiempo, espacio y  persona) conforman las funciones de integración psíquica.

La atención es una focalización de la conciencia; la orientación selectiva de la percepción de los estímulos. La hipervigilancia, la distractibilidad y la hiperconcentración son alteraciones graves de la atención.

Estas condiciones anormales gravitan negativamente sobre el complejo proceso de la memoria y se aprecian en situaciones emocionales menores y en ocasiones son parte del cortejo sintomático de enfermedades.

En cuanto a cuadros psicopatológicos, puede citarse el síndrome maníaco (integrante del conocido trastorno bipolar); el delirio agudo, el delirante paranoide; los síndromes asténico, depresivo y demencial.

Las personas se preocupan cuando advierten alguna alteración de la memoria, sin embargo, existen condiciones en que la excitación de la corteza cerebral es débil para ciertas informaciones recibidas.

Este bajo rendimiento puede ser por inatención, o por el abuso de la práctica de la memorización, es el caso de estudiantes que en horas pretenden fijar y evocar informaciones que debían procesar en meses. 

II

Los trastornos de la memoria pueden ser resultado de la “desorganización” personal, y en consecuencia se dificultará la evocación de los hechos o experiencias, sin embargo hay que tener en cuenta que existen enfermedades que pueden afectar una buena memoria, las relaciones consigo mismo y los demás.

Entre ellas la Enfermedad de Alzheimer, Epilepsia, Diabetes, Hipotiroidismo… Hay estados en que también pueden suceder tales trastornos como embriaguez, uso de sustancias, tensión emocional, hipoglicemia.

Son muy frecuentes las quejas de olvidos de nombres, números telefónicos, cifras, citas, lugares donde se han dejado objetos o conocido personas, etcétera, pero en realidad no se trata de nada grave.

Algunos consejos prácticos:

Organice siempre sus actividades, por menudas que sean; no las deje a su “memoria, prodigiosa”. No abuse de esta. Use la agenda de actividades; anote en orden todo lo que considere importante.

Los nombres de personas recién conocidas, con las que usted debe relacionarse, así como sus generales, funciones, números telefónicos… deben ser anotados con precisión.  Revise su agenda la noche anterior.

Recuerde que “pasar revista” muy exhaustivamente al momento de dormir, podría crearle muchas tensiones e insomnio. Debe tener lugares fijos para guardar cada cosa, no dejarlas tiradas en cualquier lugar.

No establezca compromisos laborales o sociales más allá de lo razonable; esto crea excesivo estrés, un factor que afecta la atención y de esa forma la memoria; tanto la fase de fijación como de evocación.

Realice ejercicios físicos ordenados: mejora la actividad cardíaca y la irrigación cerebral; mantenga una alimentación balaceada; garantice un sueño reparador; si es necesario visite al psiquiatra o al neurólogo.

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