El portavoz del Departamento de Estado, Mark Toner, ha reconocido que Estados Unidos financió al Proyecto de Reportajes sobre Crimen Organizado y Corrupción (OCCRP) que coordinado por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), ha develado al mundo los Panama Papers.
La caja de Pandora se ha destapado, y el mundo espera los detalles de una investigación que ha provocado un escándalo internacional, cuyo impacto político en muchos países es difícil de medir por el momento.
La entidad de EEUU vinculada a las organizaciones que hurgaron en los archivos de la firma Mossack-Fonseca en Panamá, es la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID), considerada brazo de la CIA.
Si la USAID ha financiado a los que han fisgoneado en los archivos de la firma Mossack-Fonseca en Panamá, entonces es comprensible que las informaciones relacionadas con el asunto serán sesgadas en muchos casos.
De su lado, el presidente ruso Vladimir Putin ha dicho que no está involucrado en el escándalo y aseguró que mencionar su nombre en ese hecho es una manipulación de EEUU en un “intento de volver más dócil a Rusia”.
De unos 11,5 millones de documentos extraídos, una parte ha sido examinada para usarla en las prioridades que tiene Estados Unidos en cuanto a los “golpes suaves” en curso contra “gobiernos desafectos”.
Los que se refieren a la República Dominicana, si son conocidos antes del 15 de mayo, podrían cambiar muchos pronósticos desde el ámbito reeleccionista y de los partidos de la oposición electoralista.
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