Grima de la ‘conspiración’

Por ANULFO MATEO PÉREZ

La “denuncia” de Víctor Grimaldi de que existe un propósito planificado de “intereses egoístas locales y transnacionales” para producir desórdenes a partir del mes de agosto de 2018 en la República Dominicana, con el fin de tumbar el gobierno de Danilo Medina, debe ser analizada desde varias vertientes.

Lo más simple es interpretar que el embajador ante la Santa Sede esté usando el recurso de inocular “grima” al pueblo, para que no asista a la Marcha del Millón, a efectuarse el próximo 12 de agosto de este año.

Por lo visto, esa denuncia de “pacotilla” echa una “canana” a los organismos de seguridad del Estado, que han desmentido tales propósitos, a sabiendas que no hay golpe de Estado sin su propia participación.

Al referirse a intereses “egoístas locales y transnacionales”, es de interpretarse que su índice apunta hacia la cabeza de Leonel Fernández y a la Embajada de Estados Unidos, para mayores señas; eso es un absurdo.

Víctor, avezado periodista y diplomático, sabe que a este pueblo no se le mete miedo, que su denuncia no dará “grima” al millón de dominicanos dispuesto a marchar contra la corrupción y la impunidad.

Si a él le da “grima” la presentación de documentos oficiales de parte de Faride Raful, que demuestran el uso de los recursos públicos para la reelección del presidente Danilo Medina, es su soberano derecho.

De su lado, Fidelio Despradel y Fidel Santana han presentado ante la Cámara de Diputados una propuesta de resolución en la que acusan a Medina de violación de la Ley de Presupuesto por pagos a Joao Santana.


Todo lo que hace Marcha Verde y otros sectores de oposición contra la corrupción y la impunidad, no viola la Constitución ni las leyes, sino el ejercicio de un derecho que debe garantizar la Democracia.