Raíces Radio

sábado, 31 de octubre de 2015

Liderazgos en pugna en el PLD


Por ANULFO MATEO PÉREZ

I
        
Cuando el caudillo receptor dejó el escenario político, a la brújula peledeista se le dañó la aguja que señalaba el norte y los huérfanos dirigentes encaminaron sus tímidos e imprecisos pasos a la Máximo Gómez 25, donde pernoctaba por las noches el otro caudillo, lanzador de curvas y cambios de velocidad.

Se proponían heredar el prestigio de uno y el poder absolutista del otro, para plasmar el programa que habían soñado, desde que el Profesor los calificó de “pequeños burgueses”, “oportunistas” y “aprovechados”.

La renuncia de “Don Juan” de la presidencia del PLD no causó la conmoción suficiente para corregir conductas personales ni actitudes políticas, simplente no fue aceptada, menos por uno de ellos que soñaba con esa posición.

Ese que “apoyó” al Profesor hasta en su renuncia, terminó siendo el presidente de la República, por la “magnanimidad” y “despego” de “Elito”, para cerrarle el paso a Peña Gómez y lograr el relevo deseado.

La aspiración del viejo cortesano era dejar el país en manos de aquellos que serían recordados en el poder con peor tasa de rechazo que él en materia de caos, despilfarro, corrupción e impunidad.

Los muchachos iban desarrollando sus potencialidades políticas y liderazgos, hasta que dos de ellos descollaron en el estrellato, los demás dejaron de parpadear y se apagaron; desde entonces se agudizó la pugna.

Entre villajuanense y barrigaverde se profundizó la lucha por la supremacía; uno se tomó 12 años de gobierno, y el otro aspira al menos a 12, para 24 años de mandato peledeísta, lo que superaría en 2 a Elito.

Pero el profesor (con minúscula) no está de acuerdo con esos planes, piensa que su exsecretario de la Presidencia está aguantándole unas vacaciones y desea “que se vaya ya”, para volver a su heredad.

 II


Las luchas grupales soterradas del peledeismo vienen de lejos, tomaron niveles alarmantes cuando Juan Bosch renunció el 15 de marzo de 1991 de la presidencia del PLD, durante una reunión del Comité Central que escogería el nuevo Comité Político, donde se luchaba a brazos partidos por la supremacía.

Y esas confrontaciones no se expresaban como la sana polémica entre Vicente Huidobro y Pablo Neruda, en 1935, sino movidas por lo que Bosch calificó de “una corriente de aprovechados, de oportunistas”.
Parafraseando a Otto Rank, “el aquí y ahora” del PLD es que se ha convertido en ágora, donde van a parar los peores mercaderes tras sus propios negocios e intereses particulares, para nutrirse del erario.

Vistas las diferencias, todo indica que Leonel Fernández y muchos de sus seguidores en los hechos NO respaldarán la reelección, no sólo por los altercados con Danilo Medina, sino por los intereses creados.

De apoyarla, tendría que resignarse al ostracismo político, dadas las aspiraciones de Medina por el “vuelve y vuelve” al estilo balaguerista, en un país donde el Presidente concentra casi todos los poderes.

Pero además, corre el riesgo de que en un segundo período danilista los asuntos pendientes de corte legal le puedan ser imputados, teniendo el Presidente mayor afianzamiento en el poder y en el PLD.

Si Fernández cierra el paso al reeleccionismo, con la “huelga de brazos caídos”, facilitaría la derrota de Medina, y así pasaría a ser el jefe de la oposición, por el fracaso de su más connotado adversario interno.

Así las cosas, el nuevo rol de Fernández sería un valladar para encausarlo, porque rompería el equilibrio del sistema político partidocrático. Sin vallas internas, el profesor aspiraría a la Presidencia en el 2020.

sábado, 17 de octubre de 2015

¡Qué fea está la reelección!

Por ANULFO MATEO PÉREZ

I

El panorama político nacional comienza a tomar forma, permitiendo percibir qué podría suceder en los próximos meses en cuanto al ordenamiento de las alianzas políticas con miras al proceso comicial del 15 de mayo de 2016 y la toma de posiciones respecto a la repostulación del presidente Danilo Medina.

De un lado, el oficialismo (Gobierno-PLD-aliados) y su candidato presidencial, y del otro, las organizaciones autodenominadas opositoras al continuismo de Medina al frente de la presidencia de la República.

Los reeleccionistas y su débil compactación tiene una dinámica de “voz y cámara lenta” alrededor de sus propósitos y no salen del ámbito de sus tradicionales aliados, con algunas notables deserciones.

“Los Vinchos” y Max Puig-APD rompieron el amancebamiento; Minou Tavárez (diputada-líder de OD), se marchó del PLD para ser parte de la “oposición democrática”, y los que no lo han hecho están muy “distraídos”.

La “alianza” PLD-PRD (sufre de anemia severa), no termina de concretarse y más bien parece un noviazgo añoso, con un pié aquí y otro en Alaska, que ha pasado de lo sublime a lo lastimosamente ridículo.

El proyecto reeleccionista pierde impulso y comienza a trillar un sendero minado por los escándalos de corrupción, ineficiencia del Ejecutivo y sus mandaderos, y profundización de los males de la res-pública.

Mientras el barco del continuismo hace agua, Leonel Fernández, presidente del PLD, y sus seguidores están de los más tranquilos, pero sin Danilo. De modo que la reelección está fea, fea, muy fea para la foto.

Pero no os engañéis, el continuismo danilista tiene a su favor el Estado y la “Ley de la inercia”, y su curso sería exitoso si no se le aplica la fuerza para detenerla, con el perdón del viejo Isaac Newton.


II

La reelección presidencial enfrenta grandes desafíos para imponerse, como es revertir el descrédito del gobierno (2012-2016) causado por la corrupción e impunidad, el agravamiento de los males económicos y sociales del país y el encono cuasi visceral entre los líderes del PLD, Leonel Fernández y Danilo Medina.

Por otro lado, la oposición al proyecto reeleccionista se halla dispersa en distintos segmentos; el principal es la “Convergencia por un Mejor País”, liderada por el PRM e integrada por varias organizaciones.

Hasta ahora esta confluencia luce la de mayor fortaleza, con Luis Abinader como candidato presidencial, integrada por partidos políticos, movimientos, organizaciones sociales y de la sociedad civil.

Tiene un activismo en base a planteamientos críticos y propositivos que no desbordan la esencia liberal, con visitas continuas a sectores sociales, económicos y políticos para atraerlos hacia su proyecto electoral.

Un agrupamiento menor, con grandes indefiniciones, es el que encabeza Alianza País, que lleva como candidato presidencial a Guillermo Moreno, respaldado por una pequeña parte de las izquierdas.

Otro aún más pequeño es el constituido por APD y OD, para llevar a la diputada Monou Tavárez Mirabal como candidata presidencial, con la desventaja de que uno y otro rompieron hace poco con el oficialismo.

La oposición tiene grandes posibilidades de triunfo si une sus fuerzas y decide poner las voluntades a favor de un cambio político y reordenamiento del país, ahora atrapado por la mafia política morada.

Pese a que el reeleccionismo tiene sus ventajas, incluido el uso abusivo de los recursos públicos y control de la JCE, lleva en sí grandes debilidades; estaría condenado al fracaso, de concretarse el Frente Opositor.

domingo, 11 de octubre de 2015

Pueblo, levántate y anda

Por ANULFO MATEO PÉREZ

Eugenio María de Hostos no murió de ninguna enfermedad, sino de “asfixia moral”, había expresado el humanista Pedro Henríquez Ureña durante las exequias al insigne educador boricua y latino-caribeño, como ha ocurrido con muchos otros hombres trascendentes por su rectitud e inclaudicable patriotismo.

El cubano Eduardo Chibás Ribas, en su impotencia ante el gobierno de Carlos Prío Socarras, uno de los más corruptos de la Cuba prerrevolucionaria, murió por la misma causa que cortó el aliento a Hostos.

“¡Pueblo de Cuba, levántate y anda! ¡Pueblo cubano, despierta! ¡Este es mi último aldabonazo!”. A seguida se disparó un tiro, de cuya herida murió el 16 de agosto de 1951, movilizando a los cubanos. 

El arquitecto David Rodríguez García, un profesional de procedencia humilde, no resistió las presiones perversas de los corruptos enquistados en la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (OISOE).

La “asfixia moral” fue la causa de su muerte y así lo dejó testimoniado en una nota hallada junto a su cuerpo inerte; como denuncia póstuma; como alarido de impotencia; como su último aldabonazo.

El pus que brota de las instituciones públicas ya salpica desde arriba hasta abajo a los políticos que se han envilecido en el poder, a los que desde la nada se han hecho "jorocones" y "tutumpotes" a expensa del erario.

Y toda esta podredumbre traerá el desenlace inevitable de su derrota, del repudio de los dominicanos a tantos abusos y descaro, como ha ocurrido en otras latitudes donde la justicia popular se ha impuesto.

Se acerca la hora del compromiso con la patria y espero que no se repita la frase de Federico Henríquez y Carvajal: “¡Oh, América infeliz, que sólo sabes de tus grandes vivos, cuando ya son tus grandes muertos!”.

sábado, 3 de octubre de 2015

Pertinencia del frente opositor

Por ANULFO MATEO PÉREZ

El Partido de la Liberación Dominicana (PLD), en los casi 16 años de gobierno ha ido estructurando una “dictadura institucional”, al conseguir paso a paso que los tres poderes del Estado (Ejecutivo, Legislativo y Judicial), y sus instituciones afines, funcionen a voluntad y capricho del Presidente de la República. 

Para lograrlo, el PLD y sus jefes políticos han utilizado la corrupción, clientelismo, chantaje y coerción oficial, logrando de esa manera la hegemonía política, puesta al servicio de sus intereses corporativos.

Leonel Fernández, quien desgobernó el país durante 12 años y desde entonces ostenta la presidencia del PLD, anunció en diciembre de 2013 que esa corporación política continuará en el poder más allá del año 2044.

Cerrando el ciclo de su mandato político, el peledeismo deja un país devastado, arcas públicas exhaustas, mayor desigualdad social y económica y segmentos de la sociedad envilecidos hasta el tuétano.

Una oposición dividida por un vanguardismo inútil en lucha contra esa “dictadura institucional”, haría posible que la amenaza de Leonel Fernández se convierta en una espeluznante realidad.

La reelección de Danilo Medina, facilitada por la dispersión opositora, agravaría todos los males que hoy acogotan a los dominicanos, que reclaman a gritos terminar ya con esta tragedia nacional.

Un frente nacional opositor sacaría en las elecciones del próximo año del Palacio Nacional al “comesolismo” corrupto y corruptor, para iniciar un nuevo ciclo de apertura democrática en la sociedad dominicana.

Y la izquierda revolucionaria no debe estar al margen de esos esfuerzos, con sus ideas, propuestas, sus mejores hombres y mujeres, como garantía de mantener el rumbo y dejar atrás tan oprobioso presente.