Raíces Radio

domingo, 30 de agosto de 2015

Lo que está oculto

Por ANULFO MATEO PÉREZ

Explicaba Juan Bosch en sus charlas radiales en los años en que Joaquín Balaguer se había reelegido en la presidencia de la República por primera vez, que “en política hay cosas que se ven y otras que no se ven”, y que muchas veces estas últimas son más importantes, invitando al estudio de la sociedad.

En realidad, Bosch hacía referencia a lo dicho por el apóstol de Cuba, José Martí, quien afirmaba que “en política, lo único verdadero, es lo que no se ve”, alertando a cuidarse de las apariencias. 

En otras palabras, la política es a veces como el ilusionismo o magia, que consiste en producir artificialmente efectos en apariencia inexplicables, mientras se desconoce las reales causas que los producen. 

O como la ironía de Woody Allen, “el mago hizo un gesto y desapareció el hambre, hizo otro gesto y desapareció la injusticia, hizo otro gesto y se acabó la guerra. El político hizo un gesto y desapareció el mago”.

¿A qué viene todo esto? Bueno, que entre las maniobras del reeleccionismo danilista se haya estimular la división de la oposición en varios frentes, es decir, aplicar la estrategia de “divide et impera”.

Frase conocida también como “divide et vinces”, “divide ut imperes” y “divide ut regnes” atribuida al emperador romano Julio César en su política expansionista, y usada por Napoleón durante sus luchas.

Aplicando ese recurso, “divide et impera”, muchos de los gobiernos surgidos de procesos electorales, han sido representación de minorías, si sumamos a los votos de los opositores, los abstencionistas.

De la unidad nace la fuerza, y de la ignorancia, decía Bertolt Brecht, “nace el peor de todos los bandidos, que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales".

domingo, 16 de agosto de 2015

Burbuja de popularidad

Por ANULFO MATEO PÉREZ

I

Algunos liderazgos políticos fueron construidos con acrisolada honestidad en nuestro país durante la confrontación con la dictadura de Rafael Trujillo (1930-1961), algunos encarnados por intelectuales, hombres y mujeres de ideas y acción, que lucharon por la libertad, la democracia, la justicia social y económica.

Hoy escasean esos liderazgos, predominando los inflados por el marketing político (publicidad, poder económico y mediático), como se hace con una salsa de tomate o pasta dentífrica en el mercado.


Las encuestas no se usan sólo para conocer la realidad política y socio-económica, sino para “cambiar” esa realidad mediante la manipulación cognitiva, el engaño, la sugestión, creando burbujas políticas.

El repunte de la “popularidad” de Danilo Medina se forjó usando esas herramientas, mientras su contendor interno en el PLD lo era Leonel Fernández, quien lo convirtió en una “víctima” del poder del Estado.


Mensaje, dinero y ardoroso activismo hicieron posible esa burbuja de simpatías en torno al “candidato víctima”, causando euforia e imagen de tabla salvadora, frente a la amenaza Leonel y una oposición dividida.


Después de tres años de mandato de Medina, esa burbuja de popularidad ha estallado como pompa de jabón, creando una desilusión total al profundizar los males que ofreció resolver durante su gobierno.


La modificación constitucional al “vapor”, que permitiría la reelección, y disminuido ya Leonel, presenta al actual presidente como la nueva amenaza, recreando un “Feedback” de Trujillo y Balaguer.


Mediante la manipulación mediática y técnica de la “caja china”, incluida, tratan de sepultar el debate sobre reelección, inseguridad-violencia, corrupción e impunidad, desempleo y bajos salarios, entre otros.


II

El gobierno de Danilo Medina evade la discusión de temas que le acorralan, mediante el uso de la “caja china”, que en materia comunicacional consiste en distraernos con “hechos de actualidad”, para desinteresarnos de otros que por conveniencia oficialista deben ser minimizados u olvidados.

La “regularización” de haitianos y su impacto nacional e internacional ha venido a servir para sacar de los medios de comunicación la crisis interna del PLD, el fracaso de sus gobiernos y la amenaza reeleccionista. 

Del tema haitiano han hecho una telenovela, con suficientes capítulos que alcancen hasta el 15 de mayo de 2016, para que los males generados o agravados por el oficialismo no llamen la atención ciudadana.

Mediante esa estratagema, se trabaja para desvanecer los escándalos de corrupción, el denunciado “trueque” de impunidad para los culpables a cambio de incondicionalidad política para la reelección.

Los expertos del marketing político aconsejan darle un bajo perfil o sacar de los medios los temas para los que el gobierno no tiene argumentos convincentes, talón de Aquiles electoral frente a la oposición.

El presidente Medina ha logrado un profundo y largo aliento, ya que esos temas no ocupan las primeras planas de los diarios ni de los medios electrónicos corporativos, que responden a su inmenso poder mediático.

No obstante, la realidad es tan cruda que no han podido enajenarnos como para sublimizar tanta inseguridad, violencia, desempleo, hambre, corrupción, inequidad y el descomunal desorden institucional.

La oposición tiene ahí, los débiles flancos del gobierno por donde movilizar sus fuerzas, así como las razonables argumentaciones para ganar el indispensable apoyo con el que podría desplazarlo del poder.   

domingo, 9 de agosto de 2015

Cambios, lobbismo y manipulación

Por ANULFO MATEO PÉREZ

Desde los tiempos en que el poder absoluto se ejercía auxiliado de un singular “librito”, que sólo existía en la cabeza de su autor, los cambios de funcionarios en el tren del Estado fueron siempre cosméticos, determinados por la cultura política y esotérica que encarnaba el vecino de la Máximo Gómez 25.

Entonces, cuando los colaboradores de Joaquín Balaguer deseaban conocer su futuro se “leían” la taza, la mano o acudían a centros espiritistas, para saber lo que él había consultado con su almohada.

De forma periódica, el dictador ilustrado realizaba movimientos en la burocracia y en la relación Estado-sociedad, como en los tiempos del gatopardismo, que impulsaba los "cambios para que nada cambiara".

Ahora, quienes pretenden seguir sus pasos, en algo han acertado en cuanto a que “mientras más cambian, es más de lo mismo”, pero sin el impacto de los nostálgicos 12 años de mandato absolutista del cortesano.

En el predecible mandato danilista, cayó en desuso la visita al vidente más aventajado de las ciencias ocultas para alcanzar el puesto o mantenerlo, dando paso al nepotismo, lobbismo y tráfico de influencia.    

Las “nuevas caras” nada tienen de nueva; son viejas “fichas” del peledeismo decadente o de sus aliados en bancarrota, que nada harán para modificar el estado de angustia en que vive el pueblo dominicano.

Los grandes males que padecemos, como corrupción de Estado, inseguridad y violencia, insalubridad, ignorancia, desempleo, hambre, narcotráfico, discriminación e inequidad, entre otros, se profundizarán.

Hasta que lleguen al Palacio Nacional los actores que motoricen el desmantelamiento de las mafias políticas, destierren el desorden institucional y despilfarro de los fondos públicos, así como el abuso de poder.

sábado, 1 de agosto de 2015

Industria de la violencia


Por ANULFO MATEO PÉREZ

La última semana de julio ha concluido con un alto saldo de muertes violentas por accidentes de tránsito, asaltos a mano armada, ejecuciones extrajudiciales, entre otras modalidades de violencia, generada por un capitalismo que reproduce hambre, desigualdad y modelos culturales basado en el egoísmo.

El asalto a dos bancos comerciales y muerte de un vigilante en uno de ellos vino a cerrar con “broche de oro” el nivel de violencia de la semana; ahora se pretende ignorar las verdaderas causas de esos hechos.

Con el impreciso término “inseguridad” se trata de encubrir la dinámica de violencia permanente e integral, por los brotes de esta de parte de sujetos desempleados, excluidos, marginados y explotados.

Ese tipo de violencia es forzada, cuando los poderosos cierran las vías de la expresión organizada de la lucha de clases, libertad sindical, huelgas pacíficas y otras modalidades de protestas colectivas.

De manera que el problema estructural de la violencia afecta a la sociedad en todas sus dimensiones: género y clases sociales, provocando miles de muertos al año, gran angustia y dolor en los ciudadanos.

Es la reproducción del desorden institucional, corrupción e impunidad de los que gobiernan para su propio beneficio, mientras los de abajo sobreviven en la opresión económica y social; excluidos y discriminados.

Esas pésimas condiciones de vida potencia el individualismo del sujeto excluido de los bienes y servicios que debe garantizarle el Estado y a su vez a “soluciones” que son acompañadas de violencia brutal.

Para enfrentar con éxito la violencia hay que cambiar el sistema económico, social y político por otro donde no exista discriminación social ni económica, o por el color de piel, sexo, edad, religión o ideología.