Raíces Radio

miércoles, 7 de mayo de 2014

Esa pequeña burguesía


Por ANULFO MATEO PÉREZ

El sabio alemán Federico Engels divide la historia de la humanidad en tres fases: salvajismo, barbarie y civilización. ¿Por cuál o cuáles de ellas transita la República Dominicana, si tomamos en cuenta el aspecto estrictamente político y la naturaleza de quienes dirigen el Estado y hacen uso de los poderes fácticos?

Fácil de responder: entre el salvajismo y la barbarie. Solo en estos dos estadios puede uno pensar cuando examina lo que ha ocurrido y ocurre con la administración del país hasta este infausto momento.

La irritación de la gente honrada ha sido desbordada por la pensión de 651 mil pesos, auto asignada por el entonces superintendente de bancos y ahora contralor general de la República, Haivanjoe Ng Cortiñas.

Pero este no es el único caso; existen pensiones millonarias otorgadas en el Banco Central, Banco Nacional de la Vivienda (BNV) y en otras instituciones del Estado, bajo el estímulo del doctor Merengue.

Para esa pequeña burguesía rastrera, la “hegemonía acorazada de coerción” ofrecida por el Estado (recordando a Gramsci), es para desvencijar el erario y reprimir, como ocurrió el pasado jueves en Cotuí.

El deterioro ético-moral avanza como la gangrena gaseosa, resultado de la crisis global del sistema y modelo neoliberal, capaz de parir a estos politiqueros, serviles del gran capital nacional y transnacional.

Así, con “premeditación, alevosía y asechanza” se expande la mega corrupción de Estado, para constituir un grupo económico que pretende —por encima de cualquier contingencia— eternizarse en el poder.

Esa mafia partidocrática está “blindada”: tiene los tres poderes del Estado bajo su absoluto control. Y solo podrá ser resquebrajada y destronada con la movilización vigorosa de los que sufren el infierno de sus maldades.

29 de septiembre del 2012.

domingo, 4 de mayo de 2014

Entre la mentira y la mediocridad

Por ANULFO MATEO PÉREZ 

Andar por este mundo con la ingenuidad al hombro, confiado sólo en la honestidad, el valor y el arrojo como fortificados escudos, es como ir a la guerra desprotegido de armaduras.

Si usted tiene la virtud de ser honrado, trabajador, sincero y responsable, y confía en extremo en sus flancos, entonces debo confesarle que corre el peligro de caer en una emboscada artera, sufrir el fuego del francotirador despiadado, que camuflado en el frondoso follaje de la mentira y la hipocresía, le lanzará andanadas de envenenados dardos.

El blanco será su anatomía espiritual, su moral, sus principios más inconmovibles...
Y por lo general, usted se dará cuenta de los ponzoñosos disparos al pasar los años, cuando despierte de su encantamiento, resultado de la pestilencia de la saliva y movimientos rastreros de su atacante.

¿De quién hablo?

De un reptil ofidio de cuerpo cilíndrico y largo, cabeza aplastada, piel escamosa y con diversos colores, que puede vivir en la tierra o en el agua.

Hablo de la culebra, que según su hábitat puede describirse como culebra ciega, anfisbena, reptil saurio. O pudiera usted encontrarla en lugares rocosos y poblados de zarzas, que se alimenta de insectos y lagartijas, a ésta se le llama culebra coronela.

Otra variedad es la cascabel, crótalo, más conocida por su peculiar sonido cuando se prepara para atacar a sus víctimas.

Se conoce también la culebra collar o de agua, cuya piel tiene un color blanco amarillento y sus escamas son fuertes y aquilladas, ésta es semiacuática y se alimenta de peces y ranas.

Así como hay variedades de culebras, existen variedades de hombres. En ocasiones muy difícil de distinguir su condición de tales, a la de reptiles ofidios.

"Los mediocres, más inclinados a la hipocresía que al odio, prefieren la maledicencia sorda a la calumnia violenta. Sabiéndose que ésta es criminal y arriesgada, optan por la primera, cuya infamia es subrepticia y sutil. La una es audaz, la otra es cobarde".

Así los describía José Ingenieros, hace ya bastante tiempo, en su libro "El hombre mediocre".

Ese que pulula en nuestro medio, en todas partes. El que se la ingenia para flotar como el corcho, el que modela ideas y conductas aprendidas como en los libretos del teatro.

Ese que no tiene talento para trascender por sus aportes y esfuerzos neuronales, sino por su bien aprendidas manipulaciones y movimientos de reptil ofidio.

El Nacional y Barrigaverde.net
8 de agosto, 2007.

sábado, 3 de mayo de 2014

¿Cuál democracia?

Por ANULFO MATEO PÉREZ

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Carlos Marx ni Federico Engels abordaron de forma particular, en tratado aparte, el problema de la Democracia. No obstante, en sus trabajos tempranos y maduros aparecen análisis importantes sobre la misma, que se proyectan en tres dimensiones esenciales. 

1. Su crítica incisiva estuvo dirigida a la falsedad de la democracia burguesa, que quiere presentarse como partidaria de la igualdad, los derechos de los ciudadanos y de la libertad. 

2. Marx y Engels citaron los reales límites de la democracia burguesa cuando es tomada como escenario de lucha de los trabajadores, enfatizando la contradicción capital-trabajo.

3. De igual forma destacan en sus aportes teóricos las características de la democracia socialista, cuya esencia es la dictadura del proletariado sobre los remanentes de la burguesía.

En 1843, Marx apuntaba una idea cardinal de sus juicios sobre el tema: la esencia de toda democracia plasmada en el derecho a través de la constitución es responder al pueblo.

Se refería el genio alemán y universal, a la democracia burguesa y su ideología, y fija sus primeras nociones sobre la temática, en “La crítica de la filosofía del Estado de Hegel”.

"En la democracia, la constitución misma debe aparecer como una determinación de los intereses del pueblo. En la monarquía, tenemos el pueblo de la constitución, en la democracia, la constitución del pueblo", precisaba Marx.

Concibe a toda forma de Estado no democrático como una enajenación de la justicia y de la verdadera libertad, como una negación sustancial de los intereses populares que debe representar.

Es decir, como una antítesis de la verdadera democracia, que es el poder para la mayoría y por la mayoría, dirigido esencialmente a satisfacer sus necesidades materiales y espirituales.

2 de mayo, 2014.

jueves, 1 de mayo de 2014

Políticos zacatecas

Por ANULFO MATEO PÉREZ

Por violentar constantemente su propia legalidad, he calificado a los que gobiernan de espalda al país, de acicalados zacatecas y verdaderos sepultureros del sistema político que dicen sustentar.  Después de todo, les va muy bien como empleados de pompas fúnebres, que vestidos de librea asisten al entierro de esta falsa democracia, caracterizada por un rampante y desbordado canibalismo.

Las contradicciones entre grupos de poder por la preeminencia en el Estado, han llegado a un plano en que se vulneran los más elementales derechos ciudadanos, entre ellos, por supuesto, los políticos.

Como parte de la conspiración usan la perfidia, trampas, zancadillas, manipulaciones, sobornos, tráfico de influencia, entre otras malas artes, para imponer su reinado e intereses mezquinos.

El más reciente proceso electoral, contaminado con todas las perversidades e inmundicias politiqueras, es un ejemplo de la frialdad con que actúan los zacatecas de este modelo político en crisis.

Como verdaderos maestros de la tauromaquia, vienen dominando al conservador y cansado toro blanco, usando quintas columnas y colocándole banderillas en la JCE, TSE, SCJ… para el “vuelve y vuelve”.

 El nefasto ejercicio político de los que se han establecido como sanguijuelas en el Estado, se acompaña de ‘anestesia emocional’ frente a tantas injusticias en el orden político, social y económico.

 Los que gobiernan tienen el dominio de la situación; es inútil responderles con carabinas vacías. Entonces, habrá que “tirar el cuerpo al agua”, asumiendo la ya olvidada lucha social y política.

 La reciente masacre en Salcedo, nos dice hasta donde pueden llegar los continuistas. No conocen límites… y, llenos de miedo, han perdido la racionalidad. ¡Peligroso eso!


16 junio, 2012.

¿Democracia o cleptocracia?

Por ANULFO MATEO PÉREZ

La encuesta Gallup arroja, que el 82% de los entrevistados entiende que el país es corrupto, información conocida desde hace mucho tiempo, hasta por los chinos de Bonao.

Lo mismo sucede con los partidos políticos, la Justicia, la Policía, el Congreso y la Dirección de Persecución de la Corrupción Administrativa, consideradas como las más corruptas.

Un país sin una adecuada legislación ni cumplimiento de las normas que rigen los conflictos de intereses, socava sus frágiles instituciones.

Esos son los efectos corrosivos de la corrupción. El mal ha tomado tanto cuerpo que la mentada “democracia representativa” ha devenido en cleptocracia.

Por eso es que en una sola gestión gubernamental, los funcionarios terminan tan ricos que se ven obligados a disponer de sus fortunas a través de fundaciones. 

Los gobiernos tienen beneficios que repartir y costos que imponer al pueblo; elaboran programas de inversión, controlan una gran parte del PIB y regulan los sectores privados. 

Los funcionarios no se limitan a sustraer dinero del erario; se extiende al chantaje contra compañías nacionales y extranjeras o sus beneficios ilegales son productos del soborno. 

Usan testaferros para negocios ilegales, prevarican; es una manifestación de abuso de autoridad y, pese a que está sancionada por el Derecho Penal, nada sucede.

La impunidad permite que con el dinero del pueblo se alimenten campañas electorales y se compren voluntades para llegar al poder o mantenerse en él, lo que afecta la legitimidad de sus protagonistas.

En un país con independencia de poderes y verdadera justicia, la dimisión, destitución y prisión, serían parte del colofón de esa conducta. Esta media isla está muy lejos de esa realidad.