Raíces Radio

sábado, 19 de julio de 2014

¿Confundiendo fusión con alianza?

Por ANULFO MATEO PÉREZ

El momento es clave para distinguir entre alianza y fusión de las fuerzas políticas. La fusión de dos o más fuerzas significa construir una nueva estructura, cuya unidad obliga a la desaparición de las entidades que le precedieron, es decir, pierden su independencia y pasan a formar parte de un todo único.

La fusión entre organizaciones sólo es posible cuando han desaparecido sus contradicciones tácticas y estratégicas, que impedían constituir un solo instrumento orgánico en el orden político, ideológico y de clases.

Muy distinta a la fusión es la alianza entre organizaciones que llevan en sí contradicciones ideológicas e intereses de clases. Las coincidencias tácticas son el motor que impulsa a la unidad de ellas.

Se trata de unidad temporal entre grupos o clases sociales para llevar a cabo una lucha por intereses comunes, pero como se trata de unión de grupos o clases diferentes, la unidad podría ser hasta un tramo de la lucha.

La alianza puede ser a corto, mediano o largo plazo. El tiempo de ella lo dirán las condiciones sociales y políticas en el marco de la dinámica entre las contradicciones de clases e intereses a defender.

Esas contradicciones se pueden superar produciéndose entonces la fusión o se pueden agudizar, provocando la separación o ruptura de la alianza. Lo importante es el programa que los une entre sí.

En estos momentos, la izquierda debe valorar si existen coincidencias importantes entre los opositores al engendro creado por la extrema derecha y pseudo liberales, llamado “dictadura institucional”.

Lo más avanzado de la sociedad debe abrirse a una gran alianza contra el bloque integrado por el peledeismo gobernante neobalaguerizado y las transnacionales que depredan y se proponen engullirse todo el país.

domingo, 13 de julio de 2014

La acumulación de fuerzas

Por ANULFO MATEO PÉREZ
 
Asaltar el poder desde los esquemas del pasado, sustentados por la izquierda tras ser decapitada la tiranía trujillista y la inserción de sus distintos relevos en la administración del Estado, se hace más que imposible, dados los cambios en las condiciones económicas, sociales y políticas del país.

Las nuevas realidades en las diversas vertientes en que se estudia la sociedad demandan nuevas e innovadoras tácticas y estrategias políticas, pasando por un proceso de acumulación de fuerzas de las izquierdas.

Ante este escenario en que actúan las distintas organizaciones políticas contrarias al peledeismo gobernante, es indispensable crear y fortalecer el bloque social, cultural e ideológico alternativo.

Me refiero al bloque político-social que se va conformando alrededor de la defensa del medio ambiente y los recursos naturales, de los Haitises y Loma Miranda, contra la Isla Artificial y la mega minería depredadora.

El mismo que lucha contra la corrupción de Estado, la impunidad de que disfrutan los agentes de este sistema neoliberal empobrecedor, así como la venalidad del poder judicial y legislativo neobalaguerizado.

Ahora las condiciones políticas demandan combinar viejas “estrategias de resistencia” para defender derechos sociales y públicos, y nuevas estrategias de “politización de la sociedad”, para la lucha popular.

El propósito debe ser recuperar la capacidad de movilización con vistas a propiciar un cambio del modelo económico, defender el patrimonio público y, sobre todo, impulsar la lucha por el poder político.

Ese “bloque histórico” debe irrumpir con fuerza en el escenario electoral de 2016, para derrotar al peledeismo neobalaguerizado y neotrujillizado y desde el Estado acumular fuerzas para cambiar la sociedad.

domingo, 6 de julio de 2014

¡Cómo cambian las cosas!

Por ANULFO MATEO PÉREZ

El golpe de Estado del 25 de septiembre de 1963 contra el presidente Juan Bosch, constituyó un trauma no sólo para la sociedad, sino para el propio mandatario derrocado, que no reaccionó para evitarlo ni estuvo a la altura que demandó la insurrección constitucionalista de abril de 1965.
En los primeros años de la década de 1970, se le atribuyó al líder del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), ignorar los anhelos del pueblo, por limitarse a exigir de Joaquín Balaguer “respetar su propia legalidad”.
El Partido de la Liberación Dominicana (PLD), fundado por Juan Bosch tras renunciar del PRD en 1974, se acercó en 1996 al líder del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) para concertar el traspaso de mando.
Lo que parecía la “eterna rivalidad” de los JB terminó en 1996, y ambos caudillos como por arte de magia irrumpieron en el mismo escenario, sellando una alianza bajo el manto del mal llamado “Frente Patriótico”.
Los “liberadores”, que en 1974 acusaron al Partido Comunista Dominicano (PCD) de estar “balaguereando”, por apoyar el Código Agrario contra el latifundio, desde 1996 gobiernan con el "librito” de Balaguer.
El peledeismo ha llenado el vacío que dejaron los JB, asumiendo el liderazgo de las clases dominantes, pasando sus dirigentes a ser parte de ellas mediante la apropiación de los bienes públicos.
Como en los 22 años de mandato de JB, el “líder” del PLD ha concentrado todo el poder (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) y aspira a gobernar más allá del año 2044, para romper con creces el record de Trujillo.

El miedo es capaz de mover a grandes "hazañas". Es muy lógico aspirar a eternizarse en el poder, si se teme perderlo y luego guardar prisión por haberse enriquecido depredando los recursos del Estado.